Sorprendió que, en una comparecencia tan importante como la de este sábado, justo después del dramático Barça-Villarreal (3-5), Joan Laporta ni Deco estuvieran presentes para escuchar el anuncio de Xavi Hernández. El entrenador confirmó a todos los presentes que dejará el banquillo azulgrana a partir del 30 de junio, una vez haya finalizado la presente campaña.
Le acompañaron, en una sala abarrotada de periodistas, tanto Edu Polo --su comunicador de confianza-- como su hermano, Óscar Hernández, su mujer Núria Cunillera y diversos miembros del departamento de comunicación del club. El presidente y el director deportivo, sin embargo, no estuvieron ahí.
La Comisión Deportiva no estuvo presente
¿Por qué motivo? Según palabras del propio Xavi, fue él mismo quien les dijo que no era necesario que estuvieran, que no hacía falta una declaración conjunta. Laporta y Deco respetaron su postura, si bien es cierto que continúa llamando la atención que, en un momento tan trascendental, ambos se ausentaran de la comparecencia.
En la reunión de urgencia de la Comisión Deportiva, después de la derrota ante el Villarreal, participaron Laporta, Yuste, Deco, Masip y Soler. A continuación hubo una cumbre entre el máximo responsable del club y el técnico, Xavi Hernández, en la que el de Terrassa expuso al presidente su decisión de no continuar más allá del 30 de junio.
Buena relación con la cúpula del Barça
El caso es que ninguno de los miembros de la Comisión Deportiva acudió al acto en que Xavi anunciaba su futura despedida, dejándole prácticamente solo a nivel institucional. En cualquier caso, desde la cúpula directiva y la dirección deportiva se reiteró la confianza en el trabajo de Xavi y su cuerpo técnico, aunque finalmente el técnico soltase la bomba en rueda de prensa.
Durante su comparecencia, Xavi también quiso dejar claro su profundo cariño, confianza y buena relación con Laporta, Deco, Rafa Yuste y todos los miembros de la cúpula, tanto directiva como deportiva. El egarense no quiere irse por la puerta de atrás. Aún está a tiempo de ganar dos títulos, por muy complicados que estén.