Josep Lluís Núñez, tras su victoria en las elecciones presidenciales del Barça de 1978

Josep Lluís Núñez, tras su victoria en las elecciones presidenciales del Barça de 1978 EFE

Palco

Laporta fulmina la gran obra de Núñez en el Barça

El actual presidente azulgrana se carga el principal legado del máximo dirigente del club entre 1978 y 2000

3 enero, 2024 01:38

Noticias relacionadas

El mandato de Josep Lluís Núñez como presidente del Barça, entre 1978 y 2000, tuvo más luces que sombras. Durante 22 años hubo crisis sonadas, como la del Motín del Hesperia y el despido de Johan cruyff, y éxitos históricos, como la primera Copa de Europa. Joan Laporta, actual presidente, fue el opositor que más perturbó a Núñez, ya fallecido, desde la plataforma del Elefant Blau. Los herederos de Núñez, sin embargo, jamás pensaron que liquidaría su gran obra como máximo dirigente barcelonista: la ampliación del Camp Nou. Hoy, la tercera grada no existe y la nueva, totalmente simétrica, será una realidad dentro de dos años.

Núñez estuvo muy orgulloso de sus éxitos deportivos como máximo responsable del Barça. Le faltó ganar la Euroliga de baloncesto y poco más. Con Johan Cruyff vivió una relación de amor y odio, pero con el técnico holandés también disfrutó los mejores años de su mandato. Núñez, sin embargo, siempre presumió de la buena salud económica que tenía la entidad y de la transformación del Camp Nou.

La transformación del campo

El Barça, en 1978, contaba con unos 77.000 socios y el primer reto de Núñez consistió en incrementar la masa social del club. Y, para ello, amplió el Camp Nou, que pasó de tener 90.000 localidades a casi 120.000, con la construcción de la tercera grada. Durante su presidencia se superaron los 108.000 socios. A Laporta, en cambio, no parece preocuparle tanto el crecimiento de la masa social y prefiere que muchos turistas o aficionados ocasionales acudan a los partidos del primer equipo barcelonista.

El Camp Nou antes del Mundial de 1982

El Camp Nou antes del Mundial de 1982

El expresidente del Barça también intentó ampliar la tribuna del Camp Nou, pero su proyecto no prosperó. Sí tuvo éxito una segunda reforma que activó en verano de 1994. Si no podía agrandar el estadio por arriba, lo haría por abajo, y hundió las gradas. El aforo del Camp Nou, no obstante, se redujo hasta las 99.300 localidades al eliminarse todas las gradas de a pie.

La tercera grada

El Camp Nou, desde entonces y hasta el derribo de la tercera grada, sufrió cambios menores. Apenas perceptibles. El primer proyecto de Nikken Sekkei, con Bartomeu en la presidencia, contemplaba el derribo de la primera grada y la continuación de la tercera.

El Camp Nou, con un aspecto fantasmal durante las obras de remodelación / FCB

El Camp Nou, con un aspecto fantasmal durante las obras de remodelación / FCB

Laporta, sin embargo, cambió el guion tras ganar las elecciones de 2021. Optó por mantener la primera grada, con pequeños cambios, pero fulminó la tercera, el símbolo más preciado del Barça de Núñez.

La herencia

El actual presidente del Barça argumentó que no quería recolocar a 12.000 abonados con la transformación de la primera grada diseñada por Bartomeu y aseguró que la tercera tenía muchas deficiencias técnicas y estaba en malas condiciones.

Joan Laporta, durante una conferencia con el FC Barcelona

Joan Laporta, durante una conferencia con el FC Barcelona REDES

El entorno más próximo al expresidente del Barça no comparte la valoración de Laporta y la actual junta directiva. Y lamenta que se haya liquidado una herencia que permitió al club ser más fuerte económicamente y admirado en todo el mundo por su estadio. En la serie de TV3 sobre el mandato de Núñez, por ejemplo, puede verse al final al entonces máximo responsable del club sentado en la parte alta del Camp Nou, orgulloso de su obra. Fue donde quiso posar en un reportaje que le hizo la cadena autonómica.

La cabeza de Cruyff

Fuentes próximas al expresidente, por otra parte, recuerdan que Núñez heredó un Barça muy debilitado económicamente y que nunca cedió a las presiones políticas de Jordi Pujol, expresidente de la Generalitat, ni a las exigencias de los futbolistas. También esgrimen que defendió a Johan Cruyff cuando una gran parte de los socios pedían su cabeza en 1990. Entre ellos, aseguran, personas muy próximas a Laporta, quien tres décadas después ha finiquitado la reforma del Camp Nou que aumentó la masa social del club.