Leo Messi y el FC Barcelona empiezan a tender puentes en pro de un homenaje que ponga el broche perfecto a la historia de amor entre el futbolista rosarino y el club de su vida. El astro argentino ha encontrado la paz con un Mundial de Qatar 2022 y un octavo Balón de Oro que culminan su laureada trayectoria al más alto nivel. Sin embargo, el romance con el Barça pudo quebrarse en dos ocasiones. Aquellas veces en las que las dudas avasallaron a la pulga y el Manchester City llamó a su puerta con sendas ofertas mareantes.
El periodista Xavi Torres recordó tras la gala del Balón de Oro en el programa Onze, de Esport3, que el año anterior a su dramática marcha de Barcelona habría conversado con los citizens su posible fichaje: "Un año antes hay un burofax, él lo tenía todo hecho con el City. Tres años antes --2017-- lo tenía todo hecho con el City, todo hablado, los contratos hechos, porque él quería marcharse del Barça".
Cracks mundiales del caché económico de Messi en su máximo esplendor como Kylian Mbappé y Erling Haaland solo tienen la opción de marcharse gratis como agentes libres. Y esa solución pasa por cumplir la totalidad de su contrato. Un traspaso resulta demasiado caro para cualquier gran equipo de Europa, aunque el PSG, propiedad de jeques árabes, ha superado esos límites con fichajes como Kylian Mbappé y Neymar Jr.
El independentismo
Recapitulemos. En la temporada 2017-18, Leo terminaba contrato y todavía no había pactado su renovación con el club presidido por Josep Maria Bartomeu. En aquel entonces, el conflicto entre el independentismo catalán y el gobierno español alcanzó su punto álgido el 1 de octubre de 2017. Cataluña celebró un referéndum de autodeterminación declarado ilegal por el Estado central, y la jornada culminó en cargas policiales y escenas de máxima tensión.
El equipo que entrenaba Ernesto Valverde debía disputar ese domingo un encuentro contra Las Palmas que la junta directiva rechazó aplazar ante el peligro de sanciones. Finalmente, ambos conjuntos jugaron a puerta cerrada. El vicepresidente de la entidad, Carles Vilarrubí, presentó su dimisión, en desacuerdo de la decisión tomada, también contra la voluntad de algunos pesos pesados del vestuario como Gerard Piqué.
Primer intento
El peligro de que el Barça fuera expulsado de la Liga española por la declaración de Cataluña como estado independiente hizo replantearse a Messi su continuidad. Entonces, irrumpió Ferran Soriano, consejero delegado del City, que contactó con Jorge Messi. Según desveló el diario El Mundo, el exvicepresidente del Barça trasladó una oferta que incluía un salario de 250 millones de euros netos en cinco años, más una prima de 50 millones al padre del futbolista por persuadirlo de un cambio de aires. Además, el club inglés se comprometía a abonar la cláusula de 250 millones.
A pesar de la tentación, el 10 del Barça firmó su renovación hasta 2021 el 25 de noviembre de 2017, en medio de la vorágine política, y con una cláusula preventiva. Esa opción del nuevo contrato --555 millones de sueldo bruto-- liberaba al jugador del pago de su cláusula, que había ascendido a 700 kilos, en caso de prosperar la secesión de Cataluña y el cuadro barcelonista. El delantero se comprometió a permanecer en el club si este permanecía en la Liga española, o bien se integraba en la Bundesliga de Alemania, la Premier League de Inglaterra o la ligue 1 de Francia.
El año del burofax
Tres años después de las primeras dudas, en 2020, un Leo desencantado con la directiva de Bartomeu y el rumbo del FC Barcelona solicitó formalmente su salida de la entidad. Nuevamente, un año antes de concluir su vínculo. El 24 de agosto jugador envió al presidente una carta vía burofax. La entidad consiguió apagar el incendio. Al menos, la plana mayor lo estabilizó por un año hasta que terminase su contrato. El futbolista argentino quiso acogerse a la cláusula de su contrato conforme podía salir gratis aquel verano. Pero Bartomeu interpretó que la comunicación llegó demasiado tarde y no tenía efecto.
Los Messi ya habían movido hilos para un posible cambio de aires a Inglaterra. Según informó la revista suiza L'Illustrè, Txiki Begiristain, director deportivo del equipo mancuniano, mandó el ofrecimiento de 220 millones, abonados en dos plazos: agosto de 2020 y agosto de 2021. No obstante, el Barça se plantó en los 700 millones de la cláusula y se negó en banda a negociar, como ya hiciera cuando el PSG preguntó por Neymar.
Y cuando regresó Joan Laporta en 2021 con su promesa de renovación, chocó de bruces con una realidad económica desoladora, que convirtió todos los esfuerzos en estériles. Precisamente, cuando Leo volvió a creer en el proyecto del club de su vida. Pero Guardiola ya había pasado página y no entraba en sus planes reencontrarse con la pulga, tal y como afirmó tras conocerse la inesperada salida: "Hemos gastado 40 millones en Grealish, más otros 60 de futbolistas que hemos vendido, y le hemos dado el número 10. Messi no está en nuestros planes".