Para ser presidente del FC Barcelona y coger las riendas del club en el peor momento económico de su historia, sin duda hay que ser un optimista empedernido. Joan Laporta nunca ha escondido la confianza en que, bajo su gestión, la entidad culé sería capaz de resurgir de sus cenizas. A muchos les sorprendió, no obstante, que durante el acto de renovación de Alejandro Balde el mandatario se atreviese a pronosticar la recuperación del Barça "antes de lo previsto en el plan estratégico".
Plano deportivo y económico, unidos
Uno de los motivos principales a los que alude es la resurrección a nivel deportivo, teniendo en cuenta el salto de calidad progresivo de la plantilla desde que volvió a sentarse en el trono. "Vamos mejorando en todos los aspectos, y quiero destacar que todos coincidimos en el hecho de que tenemos una muy buena plantilla, alabar a los que tienen responsabilidades deportivas", subrayó.
"Se ha configurado una gran plantilla y esto ayuda a todo. Se han hecho esfuerzos para poder inscribir a todos los jugadores. Merece la pena el esfuerzo que se ha hecho y como tenemos mucha confianza en la gestión, estoy convencido de que el club estará recuperado económicamente antes de lo que estaba previsto en el plan estratégico. Si el equipo funciona, el club lo nota", añadió, dejando claro que los resultados deportivos y la recuperación económica van unidos en este Barça.
¿Primer balance con beneficios?
La junta laportista, de hecho, ya ha cerrado los presupuestos de la temporada 2023-24, que se presentarán de manera oficial en la próxima asamblea de compromisarios. Sin descartar alguna pequeña modificación, a día de hoy la entidad prevé unos beneficios de 11 millones de euros antes de impuestos. Cabe recalcar que, desde que llegó Laporta a la presidencia, todavía no se ha podido cerrar ninguna temporada con beneficios. Solamente el curso 2022-23 ha tenido números verdes --aunque todavía no se han publicado oficialmente--, aunque fue gracias al espejismo de las palancas; la venta de activos patrimoniales del club a terceros.
Para conseguir esos beneficios presupuestados de 11 millones de euros --si finalmente se logran--, la realidad es que el club ha tenido que llevar a cabo una reducción del gasto muy drástica. Fuentes de la entidad la cifran a Culemanía en 260 millones de euros. 160 millones de recortes salariales en el primer equipo de fútbol y otros 100 millones entre el tijeretazo a las secciones --de 108 a 92 millones--, el cierre de Barça TV --costaba otros 14 millones-- y despidos de empleados.
Tebas reconoce el esfuerzo culé
Sin ir más lejos, desde la Liga el presidente Javier Tebas reconoce la buena labor que está realizando el Barça de Laporta en lo que se refiere al saneamiento económico. "Las cuentas han mejorado bastante. Han hecho un esfuerzo en su masa salarial. Creo que todavía les queda hacer un esfuerzo de cara a la próxima temporada, pero han conseguido incorporar buenos jugadores", ha remarcado en una entrevista reciente a Movistar Plus.
No es oro todo lo que reluce
Sea como sea, la realidad es que el FC Barcelona todavía se enfrenta a multitud de peligros y riesgos financieros. Deberá controlar progresivamente que no se vuelvan a disparar los gastos, algo muy fácil en caso de que el equipo vuelva a pasar un bache deportivo. Por otro lado, será necesario que las obras del Espai Barça finalicen en los plazos previstos, a fin de que el club pueda seguir adelante con el plan de ingresos que ha planeado con el nuevo Camp Nou y el resto de sus instalaciones.
Mientras tanto, hace falta pulir otros aspectos como el nivel de la seguridad en Montjuïc, después de que Culemanía explicase este lunes el robo de motos que se produjo durante el Barça-Celta. Las líneas rojas están ahí, y el optimismo de Laporta no puede ser exacerbado. Toca ir con pies de plomo, mantenerlos en el suelo...
Más aún cuando la sombra de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD) está más presente que nunca, a raíz de la deuda acumulada a largo plazo de 4.000 millones de euros que arrastra el club. Aunque claro, en mitad de la tragedia y la crisis, cualquier atisbo de brotes verdes es motivo de júbilo. Que nadie eche las campanas al vuelo.