El FC Barcelona no está dispuesto a dejarse tomar el pelo así como así. El club azulgrana está dispuesto a ir a la guerra con el Paris Saint-Germain si el equipo francés acaba pagando la cláusula de rescisión de Ousmane Dembelé, que hasta este lunes 31 de julio está fijada en 50 millones de euros y, a partir del 1 de agosto, tiene un valor de 100 millones. El PSG envió una carta este fin de semana al Barça, reclamando que le autorizara a negociar por Dembelé.
El PSG, con mayor poder económico
El FC Barcelona se negó rotundamente, y declaró a su jugador como "intransferible". El club azulgrana se remite única y exclusivamente a la cláusula de rescisión, teniendo en cuenta que el jugador tiene contrato vigente hasta junio de 2024 y no se desea entrar en ningún tipo de subasta sobre su futuro.
La entidad que preside Joan Laporta, sin embargo, no puede competir hoy por hoy con el PSG en el apartado económico. Nasser Al-Khelaifi ha ofrecido doblar la ficha que el extremo de Vernon tiene en el Barça, y desde las oficinas culés consideran que únicamente Dembelé puede impedir su salida del club azulgrana.
En las negociaciones con el jugador, el agente del futbolista ya efectuó una contraoferta que reclamaba entre seis y siete millones más que la propuesta inicial del Barça para intentar renovarle. Ante esta tesitura, solo Dembelé puede evitar su marcha rumbo a París.
El Barça puede tomar medidas
En el seno del conjunto culé se plantean seriamente, si el PSG acaba abonando la cláusula de rescisión, acudir a la UEFA para reclamar que se investigue a los parisinos por si cumplen con el Fair Play financiero. Solicitarán, además, información detallada sobre la procedencia de todos los recursos económicos de la entidad gala. Un conjunto de acciones orientadas a demostrar que el PSG actúa conforme a las normas, y que no tiene preferencias de UEFA o FIFA por delante de otros clubes.
Para que se cierre definitivamente el fichaje de Dembelé por el PSG, quien tiene que abonar la cláusula de rescisión ante la Liga tiene que ser el propio jugador --en su defecto el agente o su abogado--, y eso implicará que el delantero deba recibir antes un ingreso de esos 50 millones de euros, además del IRPF y el IVA correspondiente. Mientras tanto, el tiempo corre.