Ilkay Gundogan demuestra desde el primer día la voluntad y deseo que tenía por formar parte del FC Barcelona. Sus declaraciones en la presentación, dejando patente ese anhelo de ser culé, se tradujeron en forma de rebaja sustancial de sus pretensiones económicas cuando llegó la hora de negociar su fichaje por el Barça. Por ese motivo, aceptó un salario ostensiblemente inferior al que le ofrecían otros clubes europeos, como el propio Manchester City, que estaba empeñado en firmar su continuidad. Así lo explicó públicamente el presidente Joan Laporta.
Gundo, como le gusta que le llamen, llegó a Barcelona con un salario muy inferior al que publican algunos medios. Acordó tan solo nueve millones de euros brutos el primer año, una cifra realmente baja para un jugador de su nivel. Baja, incluso, para la masa salarial del Barça. Y baja, especialmente, por su condición de agente libre, que llegó al club sin previo pago de traspaso y, por tanto, de forma totalmente gratuita en ese sentido.
La trampa está en el modelo de contrato, similar a muchos otros que se han firmado en el Barça. Los contratos ascendentes se firmaban en tiempos de Bartomeu y se siguen firmando ahora con Laporta. acepta cobrar menos el primer año para tener la certeza de que podrá ser inscrito, a pesar de los problemas salariales con el Control Económico de la Liga, popularmente denominado Fair Play.
Contrato ascendente: media 12 M€
En su segunda temporada, crecen los emolumentos. La media final que le quedará entre los dos años ronda los 12 millones de euros. Esto significa que el segundo año debería cobrar una cifra cercana a los 15 millones para equilibrar la infravaloración salarial de la primera temporada.
Además, el contrato de prevé un tercer año opcional que se activará en función de lo que ambas partes dispongan cuando acabe el tiempo inicialmente acordado, pero que se puede renovar automáticamente en función del número de partidos que dispute. Lo normal es que en ese tercer año se mantenga el salario medio del contrato, unos 12 millones.
La misma fórmula que su amigo
Se trata de un contrato que, de algún modo, tendrá ciertas similitudes con el que firmó su compañero y amigo Robert Lewandowski, con unas cifras más discretas. El delantero polaco firmó tres años fijos y un cuarto opcional por los siguientes importes: 23, 26, 32 y 26 millones brutos. Similar fórmula, pero con la diferencia en los importes y en la duración. Empieza cobrando menos, como Lewy, alcanza el máximo en el segundo año y en el año opcional regresa a la media. Es decir, en el segundo año compensan lo que ha dejado de cobrar en el primero.
Otro contrato que funcionaba de manera similar y ha terminado como el rosario de la Aurora, es el que Bartomeu le firmó a Nikola Mirotic. Aunque en el caso del montenegrino era de seis años y el desfase en las cifras todavía más grande. Según confesó Igor Crespo, su polémico agente, cobró solo el 20% de la media salarial el primer año; un 50% el segundo año y un 75% el tercer año. El cuarto año ya estuvo en la media y los dos últimos años se disparaba su ficha a esos 11,3 millones anuales que han acabado siendo un problema.
Fanático del Barça, como su maestro Pep
Gundogan, que se encargó de avisar personalmente a Pep Guardiola, mediante una llamada telefónica, cuando tomó la decisión de fichar por el Barça --y reconoce que, seguramente, en el fondo a Pep su decisión de algún modo, por el amor que le tiene también al Barça--, está donde quería estar. Y ya ha reconocido que tiene muchas ganas de poder compartir el campo con Pedri.
El alemán, de raíces turcas, también manifestó durante su presentación que cuando era más joven no se perdía ningún partido del Barça. "Los veía todos, sin importar donde y cuando jugasen", aseguró en la rueda de prensa de su presentación.
Seducido por la pasión de Xavi
Aquel día ya demostró su amor hacia el Barça cuando contó la pasión que sentía por el Barça de Rijkaard, y especialmente por la figura de Ronaldinho. Igualmente, el centrocampista se rindió al talento de otras perlas de la historia culé que se consolidaron posteriormente, bajo la batuta de su maestro Guardiola.
En este sentido, Gundogan fue explícito al señalar el brillante centro del campo que componían Busquets, Iniesta y Xavi, que ya es su nuevo entrenador. De hecho, el flamante fichaje azulgrana reconoció la importancia del mensaje que le trasladó Xavi para ficharlo. "No tanto por el contenido del mismo, sino por las formas", reconocía Gundo, en alusión a la pasión que desprendía el egarense cuando le hablaba del proyecto.
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