Remontada épica con efecto calmante. Victoria eufórica y a la vez balsámica. Este domingo se produjo en el Camp Nou una de esas gestas que hacen más fuerte a la comunidad barcelonista y que ayudan a difundir el sentimiento culé por el mundo. En unos tiempos donde pudiera parecer que el clásico, y el propio fútbol, están perdiendo interés, el Barça-Madrid volvió con más intensidad que nunca para recordar que se trata de un espectáculo sin igual en el deporte internacional. Los azulgranas no remontaban contra los blancos desde 2017. El triunfo in extremis (2-1) sobre el eterno rival puso la guinda a una noche para el recuerdo donde el FC Barcelona brilló como equipo gracias al buen hacer de Xavi Hernández, que echó un nuevo capote al presidente de la institución, un Joan Laporta que está acorralado.
Solidaridad innegociable para Xavi
Los goles de Sergi Roberto y Franck Kessié simbolizan el espíritu humilde de este Barça que cada vez compite mejor. La solidaridad se ha convertido en un valor innegociable dentro de un grupo donde todo el mundo tiene claro quienes son los más importantes, pero donde los a priori menos importantes demuestran que también son imprescindibles. Esta piña saltarina en que se ha convertido el vestuario, fruto de un cóctel explosivo entre (ahora) dóciles veteranos y ambiciosos jóvenes, es el clavo ardiendo al que se agarra el presidente Laporta en los momentos más convulsos de su segundo mandato. Cuando el club se tambalea, aparecen los hombres de Xavi al rescate.
La victoria sobre el Real Madrid de Ancelotti acerca tanto la Liga al Barça que Xavi no ha dudado en meterse una nueva inyección de presión a sí mismo. Parece que el de Terrassa se siente más a gusto cuando está bajo presión, como tantas veces demostró en su etapa de futbolista, y es por ello que no ha dudado en soltar esta frase lapidaria minutos después del triunfo: "Tengo la sensación de que la Liga ya solo podemos perderla nosotros". Lo que para otros técnicos sería una bala disparada por cualquier periodista, para Xavi no es más que una motivación que él mismo se impone. Lo que para algunos podría ser una losa, para el egarense es liviano.
El +12 que alivia pero no cura 5 quebraderos de cabeza
De esa liviandad se aprovecha Joan Laporta. El presidente atraviesa un momento muy delicado. Los que le conocen lo ven más nervioso de lo normal. Tenso y extremadamente sensible. Se emociona y llora con facilidad. También muestra su ira, empeñado en defender lo que algunos pretenden desestabilizar. O destruir. El buen momento que atraviesa el equipo, con ese +12 sobre el eterno rival, es una cortina de humo que camufla una crisis institucional galopante que se puede amansar temporalmente pero que amenaza graves consecuencias en todos los ámbitos.
El caso Negreira, la Superliga, el traslado a Montjuïc, la financiación del Espai Barça y la generación de nuevos ingresos para mejorar el Fair Play de la Liga son sus principales quebraderos de cabeza. Sobre este último punto, un dato a favor: el clásico del 19M se ha convertido en el más taquillero de la historia del club con unos ingresos de 8,2 millones de euros en ticketing. Solamente faltaron 132 personas para completar el nuevo aforo máximo del coliseo azulgrana: asistieron 95.745 personas de 95.877 posibles. Todo suma con tal de combatir las restricciones de Javier Tebas.
Visitas inesperadas
Más allá del ambientazo en las gradas, este domingo estaba mejor rodeado que nunca el presidente culé. En ausencia de Florentino Pérez, Laporta recibió a Bernd Reichart, CEO de la Superliga, para confirmar que la distancia tomada en los últimos días es solo postureo y que los planes de enterrar la Champions League siguen adelante.
El dirigente culé también gozó de la compañía de la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, que tendrá un papel clave en el Espai Barça, cuya licencia de obras definitiva todavía no está aprobada, y que espera como agua de mayo los 20 millones que invertirá el Barça en trasladar la función a Montjuïc. Además, se encargó de prestar atención al ámbito de los negocios con la presencia del conde Javier Godó --propietario de La Vanguardia, RAC1 y Mundo Deportivo, entre otros--, Alex Nostrom (Spotify) y Pau Relat, presidente de Fira de Barcelona, donde se celebró el Mobile World Congress del que Laporta fue una de las estrellas fugaces.
Colau, Guardiola y Gaspart
En el plano más emotivo, destacaba la presencia de Pep Guardiola y de Danny Cruyff, la viuda del mítico Johan y madre del nuevo secretario técnico del club, Jordi. Cerca de ellos estaba Deco, uno de los agentes que más se está lucrando en esta nueva etapa de Laporta como presidente, mentor de su hijo Guim en el mundo de la representación, al que se adentró de la mano de Jorge Mendes. Y ya para rizar el rizo, sorprendió la visita de José Ramon Mas, CEO del Inter Miami de David Beckham que pugna, precisamente, con el Barça por hacerse con los servicios de Leo Messi.
Y para no olvidar del todo el escándalo arbitral, Laporta pudo departir con el expresidente Joan Gaspart, con quien supuestamente empezaron los pagos a Enríquez Negreira. Al menos, los que constan de manera oficial. Otro expresidente, Josep María Bartomeu, está mucho más alejado de Laporta debido a la guerra de ismos que desde hace años los enfrenta. Sin embargo, este medio ha podido saber que el propio Bartomeu impulsó recientemente un encuentro entre los expresidentes recientes del Barça para conformar una postura conjunta en el caso Negreira que ayude a defender los intereses del FC Barcelona como institución. Aunque de momento no ha prosperado, esta invitación a Gaspart podría interpretarse como un acercamiento.