Noticias relacionadas
- El 'refuerzo' de Hansi Flick para la Supercopa de España: el primer título del curso 2024-25
- La tormenta perfecta del Barça se le gira en contra a Laporta
- El Barça se entrega al dinero de Oriente Medio para resolver sus problemas económicos
- El posible destino de Ansu Fati hasta final de curso si el Barça soluciona el caso Olmo (no es el Sevilla)
Laporta tiene oposición, no como otros, así que es normal que de vez en cuando plataformas y candidatos a tiempo parcial a la presidencia del Barça se alboroten. Llámelo usted oportunismo, llámelo salud democrática, la cuestión es que el politiqueo forma parte indisoluble en la vida del único club de LaLiga que no es una SAD ni tampoco el juguete personal del más rico del pueblo. Pero hemos llegado a un punto en que la opacidad y la osadía de este Fútbol Club Barcelona concebido como "empresa familiar multinacional" complica dilucidar si casos como los de las inscripciones interruptus de Dani Olmo y Pau Víctor son simples chapuzas o un intento desesperado de judicializar el discutido control económico de LaLiga.
Suerte que la última zozobra institucional ha pillado al equipo yendo a Barbastro con un entrenador alemán que, lejos de las impotencias de otros sibaritas con mayor o menor éxito, colocó entre sus nalgas y el helado asiento del banquillo visitante el cálido cojín de la practicidad. Hansi Flick alineó a sus tres mejores centradores del mediocampo (Pablo Torre, Pedri y De Jong) y también a sus dos mejores rematadores (Lewandowski y Araújo) para buscar el camino más corto hacia la victoria: la línea que va entre el pie de seda de los primeros y la testa de hierro de los segundos.
Logrado el objetivo de un debut copero sin sobresaltos, el Barça reanuda la competición con las ilusiones que alimentan sus mejores partidos un tanto abolladas por los topetazos de una realmente mala racha de resultados en Liga y una realidad institucional demasiado compleja. Acudir al mercado invernal a por un par de refuerzos parece aconsejable, visto el efecto que algunas bajas y rotaciones han tenido en la capacidad del equipo para mantener el nivel y considerando que dos nuevas incorporaciones pueden quedarse incomprensiblemente en la estacada a mitad de curso. Lo malo es que las soluciones de enero suelen ser los problemas de otros, y Mateu Alemany, el contador de cartas, ya no juega nuestras manos en el gran casino del fútbol.
Si se pudiera elegir, quizá abstenerse de apostar por un Vitor Roque o un Adama de la vida ahora y ver hasta dónde llega la Hansineta en su primera vuelta completa al circuito estaría cerca de ser una situación ideal. Se antoja más probable que la plantilla azulgrana suba verdaderamente de nivel durante el verano, con el regreso al 1:1 confirmado en el presupuesto y el regreso al Camp Nou ya en un horizonte realista. Pero, en todo caso, eso sería contando con que algún organismo conceda la ansiada cautelar que devuelva a Dani y Pau su derecho a jugar de azulgrana. Todo es tan enrevesado que no se sabe qué es lo ambicioso y qué lo conformista. Pero sí que, como escribió Francis Bacon, "nada induce al hombre a sospechar mucho como el saber poco". Y hay ya mucho barcelonista que, cansado de no saber por qué en el club no se abre un periodo medianamente tranquilo de una santa vez, empieza a militar de corazón en la sospecha de que su presidente sobra.
P. D.: Nos vemos en Twitter: @juanblaugrana