Resulta curioso que buena parte del barcelonismo esté pendiente de cómo se despierta cada día un señor uruguayo de 64 años que atiende por el nombre de Oscar Exequiel Ortega del Rio Uberto, más conocido por estos lares como el ‘profe’ Ortega. En sus manos recae una de las decisiones más importantes y que tienen en vilo al club desde hace unas semanas: acabar de acondicionar a Ronald Araujo para recibir el alta médica que le permita jugar su primer Mundial.
La situación resulta, como poco, rocambolesca: un preparador físico de uno de tus rivales en la lucha por la Liga, el Atlético de Madrid, será el responsable último de la puesta a punto de uno de tus jugadores más importantes en defensa. Con el handicap añadido que Araujo llega a la cita mundialista al límite, recortando plazos como un loco, hasta el punto que se habla ya en Uruguay que podría debutar el 2 de diciembre ante Ghana -poco más de dos meses después de ser operado del aductor derecho en Finlandia-, cuando en un principio se pronosticó unos tres meses de baja.
En Uruguay y en el entorno del jugador se escudan que el alta médica será consensuada por todas las partes, incluso el FC Barcelona, pero la verdad es que no será exactamente así. El club blaugrana será informado del OK médico, pero no tendrá ningún derecho a veto. Es más, el recuperador físico del club que ha viajado a Doha con Ronald, Chechu Pérez, es lo más parecido a un casco azul de la ONU: controla y supervisa, pero no tiene ningún poder en las tomas de decisiones.
El director de fútbol, Mateu Alemany, está muy atento a la evolución del central uruguayo: en la reunión que tuvo con el seleccionador Diego Alonso en Barcelona se llegó a un pacto de caballeros en el que Araujo no debutaría hasta después de la fase de grupos. Sin embargo, desde el combinado charrúa se habla ya directamente de estrenarse en el último partido de la fase de grupos, haciendo añicos este acuerdo tácito.
Así pues, tal como están las cosas, más de uno en el club respiraría aliviado si Uruguay cayera eliminado a las primeras de cambio, ya que reconocen que “cada partido de Ronald será un poco como jugar a la ruleta rusa”.
Pero Araujo no es el único que ocupa y preocupa en el seno del club. Los antecedentes del último parón por selecciones, con cinco lesionados de una tacada, hacen temer una auténtica sangría, sobre todo teniendo en cuenta que el Barcelona es el club que cede más futbolistas en este Mundial, con un total de 17.
Y es que en el club se ponen a temblar sólo pensando que el Mundial deje fuera de juego a jugadores como Pedri, Lewandowski, Koundé o Ter Stegen. Esperemos que el virus FIFA no acabe mutando en el ébola y acabe siendo la tumba del proyecto de Xavi.