Llegamos al último día del mercado de fichajes con todavía muchas carpetas abiertas en las oficinas del FC Barcelona y la sensación de que tanto Deco como el presidente Joan Laporta han jugado con fuego apurando hasta los últimos minutos.
La situación del club es muy complicada, especialmente la situación económica y todo lo relacionado con el Fair Play financiero (para el que tal vez sería necesario que alguien nos hiciera un curso para poder entenderlo), pero la sensación es que los movimientos, algunos de ellos de vital importancia, que se debían hacer o no se han realizado o han tardado demasiado.
A modo de recordatorio, hasta el momento el Barça ha realizado dos incorporaciones, Pau Víctor y Dani Olmo, y trece salidas, Marcos Alonso y Sergi Roberto (fin de contrato); João Félix y Cancelo (fin de cesión), Marc Guiu (Chelsea), Dest (PSV), Julián Araujo (Bournemouth), Oriol Romeu (cedido al Girona), Lenglet (cedido al Atlético), Álex Valle (cedido al Celtic), Mika Faye (Rennes), Vitor Roque (cedido al Betis en una operación que merecería un artículo por sí sólo) y Gündogan, que tras una fructífera temporada regresó al Manchester City, en una operación en la que quedan demasiados interrogantes abiertos y, también, un mal sabor de boca en la afición blaugrana.
A priori podía parecer que ha sido un verano movido en las oficinas del Barça, pero la sensación blaugrana ha sido la contraria, sobre todo porque la inmensa mayoría de las operaciones se han realizado en agosto, con muchas salidas que se llevaban esperando desde que inició el mercado, y con escasas llegadas. Pese a que desde el club insisten en que el mercado no está cerrado y que quedan operaciones pendientes. Y con el 'no' de Nico Williams que tanta ilusión había generado.
A todo ello, la gravísima lesión de Marc Bernal ha provocado un problema añadido a la secretaría técnica. Cuando parecía que el club había encontrado un sustituto de Sergio Busquets, esta inoportuna lesión obliga a Deco a abordar lo que debía ser una prioridad desde un inicio, la llegada de un mediocentro defensivo --desde aquí ya expusimos la necesidad de la llegada de un jugador como Kimmich, aunque ello comportara la salida de De Jong al Bayern--.
En el último día de mercado el Barça debe afrontar estas últimas horas con mucha prisa y la necesidad imperiosa de acertar con los movimientos que se realicen, con un extremo, un posible pivote e, incluso, un defensa. Esta última posición, que estaba totalmente cubierta y con un overbooking importante, tras el mercado realizado puede quedar descubierta y provocar una necesidad de fichar deprisa y corriendo en el último momento. Cosas del mercado.
El tiempo dirá si el mercado ha sido fructífero para los intereses del club. O no. Pero a la vista de la afición queda un cierto punto de improvisación, de no establecer las prioridades (pivote y extremo), de exceso de optimismo por parte de la directiva. Y resulta muy difícil que los jugadores salgan del Barça.
El club debería analizar muy bien los motivos por los que tantos jugadores se resisten a salir y, especialmente, por qué los salarios que paga el Barça son mucho más elevados que los de otros equipos, lo que provoca que algunos prefieran ser suplentes a jugar minutos de calidad.
No es positivo que en el último día de mercado todavía queden operaciones tan importantes como la llegada de un extremo, que se está buscando desde antes de finalizar la temporada. O que no se haya buscado un pivote defensivo en los últimos meses cuando era prioritario. Ni tampoco que tras la llegada del gran fichaje del verano uno de tus mejores jugadores como era Gündogan termine saliendo por la puerta de atrás.
Una de las pocas buenas noticias con las que afrontaremos este último día es que los Joãos, Félix y Cancelo, han encontrado equipo y han dejado de ser una opción para el club. Un mal menor tras el final de temporada que hicieron, aunque habrá que apretar los dientes para ver si finalmente Éric García sigue o se va, o bien qué termina pasando con el futuro de Ansu Fati.
La afición es muy consciente de la situación, y así lo hizo notar en el primer partido en Montjuïc. Un malestar que por el momento está siendo erradicado por los buenos resultados que está consiguiendo el equipo de Hansi Flick, que ha devuelto la ilusión a las filas blaugranas, con un juego reconocible y presionando hasta el final del partido, puntos muy positivos sobre lo que podremos ver este curso.
El verano se acaba, y tal como nos pasaba cuando tocaba regresar al colegio, el último fin de semana había que hacer lo deberes que no habías hecho en estos meses, con la reflexión evidente de que no es lo que deberías haber hecho, algo que un club como el Barça no debería permitirse. Todos sabemos lo que pasa cuando juegas demasiado con fuego.