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Panorámica de la asamblea de compromisarios

Panorámica de la asamblea de compromisarios FCB

Hablemos del Barça

Píldoras de la auditoría

Publicada

Las 88 páginas que la firma auditora Crowe España ha redactado sobre la gestión y las cuentas del FC Barcelona dan mucho que comentar, aunque tanto por los tecnicismos que aporta como por su rebuscada y retorcida literatura profesional resulta difícil ahondar en algunos aspectos, si no se ha cursado un máster en la materia.

De cualquiera manera, hay materia suficiente como para ofrecer detalles, curiosos unos y preocupantes y sospechosos otros.

En este último sentido, la caótica situación económica del club ha tenido el dudoso honor de ser objeto de un reportaje en el New York Times que, entre otras cosas, ha puesto énfasis en que hayan auditado el club hasta cuatro firmas distintas, cuyo nivel de importancia en el ranking mundial ha ido menguando a lo largo del mandato de Laporta.

Comenzó por una “big four” como Ernst & Young, que heredó de Bartomeu, para bajar de nivel con Grant Thornton y más tarde con Crowe España, con la intervención puntual de Abauding SL para colar ante el CSD que los asientos VIP del Nou Camp Nou son una bendición divina suficiente como para inscribir a Olmo y Pau Víctor. El rotativo americano subrayó en su reportaje que tantos cambios de auditor señalan que algo no funciona del todo bien.

Entramado societario

De entrada, Crowe fulmina directamente una de las sociedades que, junto a Barça Licensing & Marchandising (BLM), Sudburylane, Barça Innovation Hub, Barcelona HK y FCB North America, componen el entramado societario del club. Se trata de Locksley Invest, de la cual se dice textualmente que “no cumple las condiciones para ser tratada como una sociedad (…) y se trata de un instrumento financiero”. Locksley, en efecto, no tenía empleados, ni facturación, ni flujo de caja, pero sirvió para endilgar a las cuentas, en pasados ejercicios, 157 millones como plusvalía ficticia por la venta del 25% de los derechos de televisión de LaLiga a Sixth Street durante 25 años. Al final, el auditor le admitió un valor de 26 millones, cabe imaginar que tras no pocas discusiones.

Todas las sociedades citadas, excepto la de Hong Kong y América, están domiciliadas en el propio club, pero no ocurre así con Sudburylane, que figura domiciliada en la Travessera de Gràcia número 11, de Barcelona. (?)

Por otra parte, una sociedad, de la que se habló mucho hace un par de años, ha desaparecido. Se trata de Bridgeburg Invest, la que debía canalizar los contenidos digitales, el negocio del metaverso y de los tokens fungibles, además de cotizar en el Nasdaq, la bolsa de valores tecnológicos de Nueva York. Como es sabido, la firma que debía canalizar tal ensoñación quebró y Bridgeburg fue absorbida por Barça Produccions. En la operación, el club perdió el control de esta.

Deterioro de activos

El resultado obtenido por el test de deterioro efectuado tras la renuncia de inversores (Libero y Socios.com, entre otros), en Barça Studios primero, Barça Vision después y más tarde Bridgeburg Invest, es valorado por el auditor en 138 millones, pero curiosamente imputa en el ejercicio 2024/2025 solamente 52, mientras carga 86 al ejercicio anterior 2023/24, cuyas cuentas fueron aprobadas y cerradas en la asamblea de hace un año.

Nadie ha impugnado tal maniobra que, según se dice, obedece a un cambio de criterios contables, por lo que el resultado del ejercicio de la temporada 2023/2024 fue en realidad de 180 millones de pérdidas. Todo un malabarismo contable porque, entre otros detalles, la demanda presentada por el club ante los tribunales contra Libero, por impago de su inversión, está suspendida por acuerdo entre ambas partes. (!) Cabe recordar aquí que otros inversores en Barça Studios recuperaron el importe de su dinero cuando el invento se fue al garete. Esto demuestra la fragilidad de las palancas que no eran sino venta de patrimonio. Nadie, excepto el Barça, perdió. En lenguaje festivo, una gestión propia de una colonia de simios.

514 millones más de pasivo

El balance cerrado el 30 de junio pasado refleja también el aumento del endeudamiento a largo plazo en más de 218 millones (de 1.211 a 1.429) respecto al año anterior y a corto plazo en 77 (576 a 654). Estas dos partidas sumadas a los 18 millones por la caída de los fondos propios, dan un pasivo de 2.420 millones, 514 más que en 2024, que fue de 1.906. Para equilibrar con los activos se ha recurrido al truco de aumentar el valor del inmovilizado material: es decir, del valor de los inmuebles. Así, de un año a otro el valor de las instalaciones deportivas del club se ha hinchado en 415 millones (de 662 a 1.077 millones) para tapar el pasivo. En 2023, esas instalaciones se valoraron en 337 millones.

Pero lo que más preocupa es el incremento del Patrimonio Neto negativo que aumentó en 28 millones, en lugar de menguar. Ese concepto es el que le ha servido a la UEFA para aplicar una multa al club de 15 millones, susceptibles de llegar hasta los 60, e incluso hacer peligrar la participación en las competiciones europeas de persistir la anomalía. En 2024-25, en Patrimonio Neto negativo pasó de 134 a 152 millones cuando debió bajar un 10% (hasta 120) para evitar otra la multa.

Fondo de maniobra de -266 millones

Resultado de todo es que el Fondo de Maniobra es negativo por -266 millones. Esta es una cifra que sí refleja la situación económica y financiera; es decir, la diferencia en lo que se dispone para hacer frente a lo que se debe. En una empresa normal sería una situación de suspensión de pagos.

Aún más. Otro indicador que muestra el grado de endeudamiento es el de los gastos financieros. O sea, los intereses que se pagan por los créditos bancarios. Durante la 2024-25 subió 3,2 millones, para situarse en 27,3 millones.

En el horizonte inmediato, el Barça tiene dos obligaciones onerosas que pagar: 44 millones de intereses antes de final de año, correspondientes al primer crédito de 595 contratado a Goldman Sachs en 2021 (amortizado parcialmente) y 123 millones de reintegros de capital, en junio de 2026.

Por la senda que se camina da la impresión que todo se va a refinanciar, con lo que la albóndiga aumentará todavía más. Todo lo dicho se refleja en la auditoría de la gestión ordinaria, sin contar el Espai Barça, que es una cuenta aparte.

PS: Podemos confirmar que en la auditoría no se desglosan las facturas del Botafumeiro. Todas van, se supone, al capítulo de Otros Gastos de Gestión Corriente, que pasó de 34,8 millones en 2023-24 a 44,7 en la temporada 2024-25. En 2022-23 la cifra por dicho concepto fue de 23,8 millones. O sea, casi se ha duplicado en dos temporadas.