Tal como era previsible, este parón de selecciones no ha podido ser más inoportuno. Ha paralizado las ligas en uno de los momentos más intensos e interesantes de la temporada, rompiendo las dinámicas de los diferentes equipos y sus rachas, aunque lo que todavía es peor es el maldito virus FIFA. Por el momento, el Barça ya ha probado en sus carnes el virus, empezando incluso antes de que los internacionales abandonaran Barcelona, cuando el club comunicó la grave lesión de Marc Casadó que le tendrá dos meses fuera de la acción y la lesión de Íñigo Martínez, que tras conocerse su baja de la selección ha sido objeto de dudas, polémicas y debates.


Más allá de intentar desviar la atención de jugadores que tienen otros asuntos peores, poner en duda la profesionalidad de un doctor no debería ser algo baladí ni gratuito, máxime cuando a finales de 2024 vimos como muchos jugadores de otros equipos que ahora su entorno protesta, se borraban de forma descarada y alardeando de ello. Parece, pues, que es más una cuestión de colores que no un debate real, que viene y va en función de quién le toca.


Por si no fuera poco, Pau Cubarsí fue sustituido en el primer partido con la selección y ha tenido que regresar a Barcelona, donde es duda para el siguiente partido. Por lo que el virus FIFA comienza a causar estragos en la plantilla blaugrana, que además, se va cargando de minutos y muchas horas de vuelo totalmente innecesarias, que deberían volver a abrir el debate del calendario y los partidos.

Un calendario de espanto


Hablando de calendario, todavía hoy parece surrealista que el Barça-Osasuna finalmente deba jugarse el jueves 27 de marzo, cuando Hansi Flick tendrá las bajas de varios internacionales de peso, algo que evidentemente adultera la competición y no, en cambio, jugar este partido entre las dos últimas jornadas de Liga, algo que únicamente ha podido hacer el Real Madrid en la temporada 2016-2017, cuando por cierto, se jugaba la Liga contra el Barça.


De poco sirven los precedentes si ahora favorecen al otro equipo, pero ahora no se escuchan todas aquellas voces que daban la razón a Carlo Ancelotti cuando amenazó con no jugar más si sus jugadores no tienen un mínimo de 72 horas de descanso. Muchos que en ese momento dieron la razón al técnico italiano hoy se mantienen en silencio, esperando su propio beneficio con el tropiezo blaugrana, incluso entidades como AFE que tienen como misión velar por los intereses de los futbolistas, algo que no ocurrirá si se impide a jugadores disputar partidos con su club o no tener un descanso adecuado con el riesgo de lesión que comporta.


Sorprende que hayan tenido tanta prisa para poner fecha a este partido sin querer esperar y ver si el Barça se clasificaba para la final de Copa o las semifinales de la Champions, una prisa quizás interesada teniendo en cuenta que el Barça es el único equipo invicto este 2025 y que se encuentra en un estado de forma envidiable.


El calendario vuelve a ser un gran problema, un quebradero de cabeza descomunal para el que se escuchan quejas, pero no se aportan soluciones, únicamente se aumenta el número de los partidos. Hay más partidos de Champions (y mejores), una Conference League, una Nations League que nadie había pedido, una Supercopa en formato final four e incluso un Mundial de clubs con un mes de duración y donde faltan demasiados equipos importantes para ser un verdadero “mundial”, todo ello sin reducir ni un solo partido ni plantear cuestiones como reducir los equipos de las Ligas locales.

La política del Sr. Tebas


Otro punto a tener en cuenta del calendario que no es menor son los horarios del Sr. Tebas, interesados y que tampoco tienen en cuenta al aficionado que quiere ir al campo, solo el beneficio televisivo. Apuesta por horarios tardíos donde siempre juegan los mismos, un partido a las dos del mediodía que a nadie gusta o una jornada el lunes totalmente innecesaria. Aspectos que hacen que esta Liga pierda valor lejos de aumentarlo.


Si pretenden vender un buen producto, qué mejor que ver los estadios llenos, tener en
cuenta el descanso de los aficionados y de los jugadores o incluso, tener un poco de empatía para los equipos que juegan competición europea, dando los mismos días a todos entre los partidos. Viendo el elevado precio que toca pagar para ver este fútbol resulta difícil mantener el discurso de Javier Tebas, que ataca a la piratería mientras por el otro lado no favorece a la propia afición ni a los jugadores, para entonces sacar pecho de los equipos y de una Liga que él mismo devalúa, con demasiados privilegios e intereses que favorecen a los de siempre, algo que bien se ha visto con este Barça-Osasuna.


Tocará afrontar lo que venga, sabiendo que si queremos hacer historia deberá ser contra todo y contra todos, pero si algo ha demostrado el equipo de Hansi Flick es que los retos le gustan y además les motivan, con lo que no habrá respuesta mejor a todos los que intentan poner piedras en el camino que demostrar que cada adversidad nos hace más fuertes y nos acerca todavía más al gran objetivo.


Por cierto, hablando de competiciones está claro que la Copa Catalunya bien merece tener un reconocimiento, por lo que la Federació Catalana debería buscar todas las fórmulas posibles para que este título sea atractivo y lo disputen los grandes equipos y jugadores, ahorrándose el bochornoso espectáculo de esta semana entre el Juvenil B del Barça y el filial del Espanyol en un campo de entrenamiento. Un título de verdad se juega con los primeros equipos y en un estadio de verdad, si todos nos lo creemos se debe poder celebrar, como pasa con otros deportes, por lo que siéntense clubs y Federación y trabajen a favor del fútbol catalán.