Joan Laporta se siente fuerte. El Barça manda en la Liga y ya nadie rinde cuentas a su gestión económica, tras aprobarse sus números en la asamblea de compromisarios. Silenciada la oposición, el presidente no se inmuta ante las críticas y ahora pasa factura a la Grada d'Animació.
Laporta, a diferencia de otros presidentes como Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart, nunca ha tenido buena sintonía con las peñas. En su primer mandato, acorraló y prohibió a los Boixos Nois, grupo ultra muy activo en el Camp Nou entre 1981 y 2003. Los ultras del Barça intentaron agredirle y le amenazaron de muerte con pintadas en su domicilio particular.
Los requisitos de la Grada
Dos décadas después, los Boixos Nois siguen vetados. En 2016, y por recomendación de la Liga, el Barça creó la Grada d'Animació, durante la presidencia de Josep Maria Bartomeu. El club extremó las medidas de seguridad. Tiene identificados a todos sus abonados, que son excluidos si tienen antecedentes penales.
Los cuatro grupos que forman la Grada d'Animació, Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça, también firmaron un documento en el que rechazaban la violencia. Les une su pasión por el Barcelona, pero políticamente defienden postulados distintos.
La amenaza de Laporta
La semana del derbi fue muy caliente. Laporta ha pasado factura a la Grada d'Animació tras exigirles el cobro de los 21.000 euros con los que ha sido multado el club por insultos de sus aficionados. En caso de no percibir dicha cantidad, amenaza con cerrar el espacio que ocupan dichas peñas.
Los cuatro grupos de la Grada d'Animació lamentaron las presiones de Laporta, tras denunciar en los últimos meses que no encontraban un interlocutor en el club. El mismo domingo, sin embargo, apoyaron un corteo en el que participaron muchos aficionados barcelonistas, antes del partido contra el Espanyol.
Cántico contra Laporta
Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça también escenificaron su malestar al no apoyar al equipo de Hansi Flick en los primeros 15 minutos del derbi. Después corearon muchas canciones de su repertorio.
La afición del Barça que acudió a Montjuïc no escuchó el habitual cántico a favor de la independencia de Catalunya. Por un día, tampoco hubo insultos al Espanyol, medida solicitada por los grupos de animación para evitar un nuevo conflicto con la directiva. No obstante, sí pudo escucharse el "Barça sí, Laporta no".
Desplazamientos por Europa
La relación entre los aficionados más fanáticos del Barça y Laporta es tensa desde hace, al menos, un año. Los grupos de animación criticaron que el club solo reservara 600 asientos para las cuatro peñas en Montjuïc cuando solo 17.000 abonados retiraron su carnet, la pasada temporada. En el Camp Nou, la Grada d'Animació contaba con 1.300 asientos.
Los aficionados del Barcelona también criticaron que el club no organizara ningún vuelo chárter la pasada temporada para seguir al primer equipo en la Champions. Fueron los propios hinchas quienes tuvieron que montarse los desplazamientos. En Oporto, Nápoles y París hubo muchos culés en las gradas.
Xavi y los futbolistas
La Grada d'Animació busca soluciones. Desearían un encuentro con el presidente o con su vicepresidenta institucional, Elena Fort. Recuerdan que tanto Xavi Hernández, exentrenador del Barça, como los futbolistas siempre han agradecido el apoyo que reciben en todos los partidos que se han disputado en el Camp Nou o en Montjuïc.
Los cuatro grupos también denuncian que "Laporta pasa de los socios". "Prefiere vender entradas a turistas porque el club ingresa más dinero que con los abonados", añade un miembro de la Grada d'Animació, convencido de que la postura de Laporta es "muy impopular y nociva para el Barça".