La celebración del título de Eurocopa 2024 conquistado por la selección española quedó en familia. Una gran familia. Los allegados de los héroes de la Roja pudieron vivir de cerca los festejos sobre el escenario habilitado en Madrid para la ocasión. Mikel Merino, futurible del Barça, y Miguel Merino, su padre, protagonizaron una de las estampas más entrañables de la noche sobre la tarima. Ambos recrearon la icónica celebración que los dos habían realizado en el Stuttgart Arena con 33 años de diferencia.

La vuelta alrededor del banderín de córner ya ocupa un lugar privilegiado en las páginas doradas de la historia del fútbol español. El destino y sus caprichos quisieron plasmar el mejor paralelismo que podría haberle ocurrido a la Roja y a los Merino. Los astros se alinearon en Stuttgart, donde Miguel Merino había marcado con Osasuna en noviembre de 1991 durante un partido de la Copa de la UEFA.

Emociones a flor de piel

"Por supuesto, súperorgulloso de que Mikel formara parte de esta gran familia que ha constituido este grupo de jugadores y todo el staff que ha llevado a toda España a este momento de gloria. El gol para mí es un orgullo, como si los astros se alinearan. Un hijo que sale futbolista, además de élite, que pueda jugar en ese estadio y que coincida que meta gol en el campo que yo metí, parece que sea un guion escrito ideal", se dirigió Miguel a su hijo, visiblemente emocionado.

Padre e hijo revivieron encima del escenario el gol de Mikel, retransmitido en una pantalla gigante. Acto seguido, cada uno interpretó la celebración dando la vuelta a dos banderines colocados en el tablado.

Alternativa a Kimmich

En lo que a sus respectivas trayectorias se refiere, años atrás Mikel ya había tomado un camino distinto al de su progenitor. El también canterano rojillo echó el vuelo de El Sadar. Tras erigirse en un pilar del centro del campo de la Real Sociedad, el Barça sondea su fichaje en un año clave. No solo por la conquista de la Eurocopa, sino también el contrato del mediocentro con el club txuri urdin.

A solo un año de caducar su vinculación en Anoeta, el conjunto realista no puede exigir un traspaso elevado a los clubes interesados. Las próximas semanas resultarán clave, pues Merino tendrá que responder a la propuesta de renovación y decidir definitivamente su futuro a corto y medio plazo. El FC Barcelona centrará sus esfuerzos económicos en Nico Williams --cláusula de 58 millones--, por lo que la contratación de Joshua Kimmich para el pivote tendrá que esperar. Como alternativa, el mago de la Real, cuya llegada apenas tendría que rebasar los 20 kilos de coste.

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