El Barça Femenino es la luz en la oscuridad de la institución azulgrana. La sección se dio un baño de masas después de conseguir la tercera Champions League en Bilbao, delante de más de 40.000 aficionados que se desplazaron y vieron la final en San Mamés. En Barcelona, al día siguiente, la fiesta continuó. La celebración se desplazó hasta la Plaza Sant Jaume en Barcelona, donde se ubican el Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat.

En el balcón, como ya es tradición, salieron a hablar los protagonistas. Entre ellos, el presidente del Barça, Joan Laporta, que agradeció el apoyo de los culés. El máximo dirigente fue recibido por la aclamación popular con muchos elogios y otro tipo de calificaciones más desafortunadas.

El orgullo del Barça

2.000 azulgranas se desplazaron a la Plaza Sant Jaume para celebrar el triunfo del Barça Femenino, que presentó ante la afición los cuatro títulos conseguidos durante el curso --de cuatro posibles--: UEFA Women's Champions League, Liga F, Copa de la Reina y Super Copa de España. Algunos culés no pudieron contenerse, en una situación de euforia desmedida.

Uno de los seguidores allí presentes se dirigió al presidente Laporta como "frutero". La fiesta estuvo protagonizada por cánticos y muestras de cariño hacia las jugadoras y dirigentes, aunque alguno se tomó algún privilegio de más. Sucedió también a la inversa. Las futbolistas agradecieron el papel de los culés como jugador número 12 durante todo el fin de semana.

Como en los mejores tiempos

La euforia de los barcelonistas estaba disparada. Claudia Pina, desde uno de los balcones que dan a la Plaza Sant Jaume, hizo aún más partícipe a la afición de los triunfos cosechados. Con micrófono en mano, empezó el cántico de "boti, boti, boti, madridista qui no boti". Al unísono, todos los culés empezaron a saltar. En la retina de los aficionados azulgranas aparecieron las imágenes del equipo de Pep Guardiola, una etapa que ahora revive gracias al Barça Femenino.

Noticias relacionadas