Joshua Kimmich se granjeó una verdadera enemistad con el Real Madrid en el último duelo de Champions League como jugador del Bayern de Múnich. El polivalente lateral tuvo sus más y sus menos con Vinicius Jr, un incordio constante en la banda. El técnico madridista Carlo Ancelotti, normalmente reservado en sus formas, le acusó de piscinero en el gol anulado al equipo blanco. Este caldo de cultivo alimenta la sed de venganza del carrilero internacional con Alemania. Y qué mejor forma que reunirse con Xavi Hernández en el Barça.
"La última jugada es bastante clara. El árbitro pita, el linier señala y nosotros paramos. Este árbitro ha pitado la final del Mundial. Es un árbitro de alto nivel. Se quejan ellos de esto, nosotros nos quejamos del gol anulado a Nacho, porque Kimmich se ha tirado. Era un empujón, se estaban empujando los dos", clamó Ancelotti en la rueda de prensa posterior al partido.
Falta de respeto de Vini
Ese forcejeo existió, pero el defensor del Real Madrid decantó la balanza con las dos manos sobre la cara de su rival. Si el capitán merengue no hubiera alzado tanto los brazos por encima del hombro, el tanto habría subido al marcador. No tuvo dudas el colegiado Szymon Marciniak una vez revisada la acción en el VAR.
Más leña al fuego echó Vinicius Jr en un cruce con Kimmich que, en un principio, no habría tenido mayor importancia. El balón salió por banda, a favor del equipo español. El jugador alemán recogió el esférico y lo entregó al extremo brasileño, que lo dejó caer en señal de burla hacia su contrincante. La enésima falta de respeto de un futbolista que "solo quiero es jugar a fútbol".
Ahora o nunca
Así, Joshua Kimmich confirma su primera temporada en blanco en el Allianz Arena a falta de un año para finalizar un contrato. El carrilero con dotes de pivote debe decidir a sus 29 años si prolonga su vínculo con el club de Baviera o bien se marcha traspasado con tal de dejar un pellizco monetario procedente de su venta.
En Can Barça se le presenta una nueva oportunidad competitiva y una oportunidad de liderar el centro del campo. Y es que el puesto de pivote queda vacante desde la salida de Sergio Busquets en 2023. Oriol Romeu no ha dado la talla para llenar el vacío del mediocentro de Badia del Vallés. Kimmich es el hombre idóneo, tanto en términos de nivel como un entendedor privilegiado del juego posicional.
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