Real Madrid, el equipo de la épica y el favor arbitral
El equipo de Carlo Ancelotti vuelve a superar un partido muy ajustado gracias a la casta arraigada en el club blanco y a su habitual fortuna con polémicas decisiones arbitrales
9 mayo, 2024 02:50Noticias relacionadas
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El Real Madrid ha ganado como de costumbre, de la misma forma que siempre. No rompe la tradición el club blanco. "Todo es difícil de explicar, imposible", ha admitido Carlo Ancelotti en rueda de prensa. En cuestión de escasas semanas, el equipo madridista ha cosechado dos victorias tan épicas como empañadas por la polémica arbitral. Primero, el clásico contra el FC Barcelona (3-2) con un gol fantasma negado a Lamine Yamal y, más tarde, en la vuelta de las semifinales de Champions League ante el Bayern de Múnich (2-1). La fortuna en las decisiones de los colegiados se imponen a la tecnología del VAR en el Santiago Bernabéu.
Véase el ejemplo más reciente. El agravio comparativo entre jugadas es flagrante. El segundo gol de Joselu Mato sella la remontada y da paso a un ejercicio defensivo de 15 minutos. Sin embargo, el linier señala fuera de juego tras el remate en el segundo palo. El árbitro polaco Szymon Marciniak invalida el tanto cuando la jugada ya ha finalizado.
Agravio comparativo
Sencillamente, segundos más tarde, la sala de videoarbitraje comprueba el posible offside y lo descarta mediante la tecnología del fuera de juego semiautomático. El gol sube al marcador, ratificado por los árbitros en la cabina. El VAR cumple con su cometido y complementa la actuación a pie de campo. En este caso, la corrige.
No obstante, el Bayern de Múnich consigue empatar nuevamente a dos en el tiempo de prolongación con una salvedad decisiva. Y es que el colegiado hace sonar el silbato para señalar otra posición antirreglamentaria en medio de la jugada. Es decir, invalida el desenlace de la acción. Por ende, inhabilita toda posible intervención del VAR. Noussair Mazraoui parte en posición dudosa con tal de alcanzar un pase por alto al área, rechazado por Ferland Mendy. Ante la duda, el trencilla tiene el deber de dejar seguir la acción.
Tras el mal despeje del defensor francés, el árbitro pita el fuera de juego. En ese momento, Thomas Müller sirve un pase a Matthijs de Ligt, que manda su remate al fondo de las mallas. El VAR queda imposibilitado de toda intevención porque Marciniak ya había señalado la infracción, inexistente, antes de finalizar la jugada. ¿Por qué en este caso el árbitro no cumple con su obligación y sí en el gol del Real Madrid? Un solo error de interpretación puede influir decisivamente sobre la consecución de una Champions League.
El gol fantasma del clásico
Como también la ausencia del ojo de halcón le allanó el camino hacia el alirón de Liga al Real Madrid en el último clásico (3-2). En el minuto 28, con empate a uno, Lamine Yamal sorprende a toda la defensa merengue y remata un córner de espuela en el primer palo. El esférico traspasa completamente la línea de gol a tenor de imágenes posteriores difundidas por aficionados desde otros ángulos. Sin embargo, a diferencia de la Premier League, la Liga carece de tecnología para determinar con exactitud si el balón rebasó íntegramente la franja de la portería.
Ante la imposibilidad de determinarlo con las decenas de cámaras instaladas alrededor del arco, los colegiados en la sala VAR se vieron obligados a validar la decisión del colegiado. No contaban con las evidencias fotográficas suficientes para contradecir al árbitro César Soto Grado. A la postre, fueron las redes sociales las encargadas de impartir justicia. Como es costumbre, Jude Bellingham desató la locura en el Santiago Bernabéu tras cumplirse el tiempo reglamentario. Sí, mucha épica. Pero, también, una suerte anómala. La balanza siempre se decanta hacia el mismo lado en teórica igualdad de condiciones. En conclusión, una Liga y una Champions empañadas por la polémica. Siempre sale el 36.