El París Saint-Germain venció al FC Barcelona en el Estadi Olímpic Lluís Companys. El equipo de la capital francesa le dio la vuelta a la eliminatoria fuera de casa, en un partido decidido, sobre todo, por el imprudente Ronald Araujo, que dejó al Barça con uno menos en el minuto 31 de partido, cuando los culés llevaban dos goles de ventaja en el resultado global de la eliminatoria.
Nasser Al-Khelaifi le tiene una rabia especial al conjunto de la capital catalana. Acepta que los ultras del PSG tengan poder en el club. En Montjuïc, incluso, agradeció su presencia al final del partido, al más puro estilo José Mourinho. El jeque, un hombre señalado a dedo por el emir de Qatar para dirigir al conjunto parisino, bajó al césped y se dirigió a los aficionados.
Besos a los ultras
Al-Khelaifi pisó el verde de Montjuïc para dirigirse a la zona visitante de las gradas del feudo barcelonista. Desde la lejanía, mandó besos a los aficionados del PSG y aplaudió su presencia --asistieron más de 2.000 seguidores a Barcelona-- en la capital catalana. Este medio captó el momento.
El momento recuerda a cuando Mourinho pisó el césped del Camp Nou tras eliminar al Barça en unas semifinales de Champions League de hace más de 10 años. El PSG superó al equipo dirigido por Xavi Hernández, en el que ha podido ser su último partido a los mandos del primer equipo azulgrana.
La eliminatoria entre Barça y PSG ha quedado, de todas maneras, determinada por la actuación de Istvan Kovacs, el colegiado seleccionado por la UEFA para arbitrar el encuentro. Al-Khelaifi se olvidó del tremendo factor que supuso el árbitro rumano, que jamás había pitado al Barça antes en Champions.