El FC Barcelona soñaba con llegar a las semifinales de la Liga de Campeones. Pero los errores individuales se han cargado las esperanzas y la ilusión que tenían depositadas todos los culés en el equipo de Xavi Hernández. Ronald Araujo, en el minuto 29, salía expulsado tras un grave error en salida de balón. En la segunda parte, Joao Cancelo hacía un penalti lamentable a Ousmane Dembelé.
Pese a los fallos garrafales de los dos jugadores del Barça, el árbitro del encuentro, Istvan Kovacs, se robó el protagonismo de todo el partido. Antes, en Champions, había pitado dos veces al PSG. A los catalanes, ninguna. Decidió de manera unilateral expulsar al central uruguayo y, durante todo el partido, no tuvo problemas en sacar a pasear la tarjeta amarilla a los futbolistas de Xavi.
El gesto de Araujo
De la misma manera que fue señalada la obstrucción de Araujo a Barcola en el primer gol, el árbitro rumano no pitó un claro penalti a Ilkay Gundogan, tras sufrir una obstrucción más clara que la primera acción. La afición del Barça acabó harta del colegiado. El defensa uruguayo, antes de salir del verde, hizo el gesto del 'robo' con su mano, mostrando su disconformidad con la decisión de Itsvan. Diferentes especialistas, Iturralde en la SER o por ejemplo, han asegurado que la entrada de Ronald no era motivo de roja.
Kovacs también expulsó a Xavi Hernández en la segunda parte, tras una protesta demasiado intensa cerca del cuarto árbitro. El técnico del Barça le dio una patada al cartel publicitario, tras ver como no se pitaba una falta sobre Lewandowski, de la Champions League.
Los errores individuales condenaron a un Barça que soñaba con llegar lejos en la Copa de Europa. También el árbitro Istvan Kovacs, que fue decisivo al no pitar un penalti sobre Gundogan, en una acción calcada a la de Araujo, pero dentro del área del PSG.