La Masía vuelve a proveer al fútbol profesional. Los mejores diamantes por pulir de la cantera del Barça no solamente traspasan la barrera del primer equipo, sino que también triunfan en el continente europeo. Según el CIES Football Observatory, 40 jugadores formados en la Ciutat Esportiva Joan Gamper han impulsado sus carreras en la élite de las cinco grandes ligas. Los integrantes de la generación de 2003 prometen una era dorada, liderada por Xavi Simons.
El futbolista neerlandés, con unas rastas características que ya lucía durante su infancia en Can Barça, nació con el fútbol en las venas. Y es que su padre, Regillio Simons, había hecho carrera como profesional en la Eredivisie. De tal palo, tal astilla, aunque el legado promete ser todavía más próspero, pues el centrocampista del RB Leipzig ya brilla en la Champions League.
El camino empezó en el Club Deportivo Thader, donde Xavi dio sus primeros pasos en el balompié. Con 7 años ya despuntaba entre los niños de su edad, y el Barça lo fichó para la temporada 2010-11. Comenzó en el Prebenjamín de Cristian Catena y un año después ascendió al Benjamín, antes de consagrarse en el Benjamín A de Sergi Milà para la campaña 12-13.
Fuga sonada
Los focos apuntaron demasiado pronto sobre un proyecto de estrella que con 13 años ya firmaba su primer contrato con Nike. A los 16 años, influenciado por su agente, el magnate malogrado Mino Raiola, Simons abandonó la Masía y fichó por el PSG. La joya neerlandesa sucumbió al poder del dinero y un suculento incremento salarial en el Parque de los Príncipes.
Sin embargo, su aventura francesa parecía torcerse en Francia, pues no experimentó una explosión tan precoz, a la altura de unas expectativas magnificadas. El 10 de febrero de 2021, a los 17, debutó con el conjunto parisino en Copa de Francia. En el curso 21-22 compaginó el equipo juvenil con los mayores, donde Mauricio Pochettino le brindó una confianza escasa. El volante oriundo de Ámsterdam apenas disputó 9 encuentros oficiales, antes de marcharse al PSV Eindhoven.
Explosión
La Eredivisie, la cuna que vio crecer a su padre, también se convirtió en el capullo de Xavi, que se transformó en crisálida a base de goles y asistencias: 22 dianas y 11 pases de gol en 48 encuentros oficiales. El PSG lo repescó por cuatro millones pero la voluntad del jugador desembocó en un préstamo al RB Leipzig.
En Alemania ha confirmado su paso adelante con goles de bella factura tanto en Bundesliga como en la Champions League. En realidad, a sus 20 años, Xavi Simons ha demostrado que solo necesitaba tiempo y confianza para dar la razón a quienes le auguraban un brillante porvenir. Su cotización en Transfermarkt ya se ha encaramado a los 70 millones de euros.
Pupilos de Xavi
Quienes sí culminaron su etapa formativa en la Masía fueron Alejandro Balde y Fermín López. El carrilero de 20 años recaló en el FC Barcelona en 2011, procedente del RCD Espanyol. Desde prebenjamines ha pasado por todas las categorías inferiores, hasta dar el salto definitivo la temporada 22-23. Sin un lugar asegurado en el Barça B, Xavi Hernández lo elevó directamente al primer equipo, donde le quitó el puesto a una leyenda de la talla de Jordi Alba.
Tras una campaña de estreno en el primer equipo con 44 partidos, un gol y seis asistencias, ya puede presumir orgulloso de su nuevo contrato hasta 2029. El club catalán ha blindado al joven lateral con una cláusula de 1.000 millones.
De Primera RFEF a la Champions
Por detrás, y con mayor sorpresa, ha irrumpido Fermín López. El mediocampista de El Campillo, sin espacio en el filial para la temporada 22-23, se doctoró en el Linares de Primera RFEF con 12 goles y cuatro asistencias.
Se ganó las habichuelas, y parecía destinado a liderar el equipo de Rafa Márquez. Hasta que Xavi se lo llevó de gira por Estados Unidos. Un gol antológico y una asistencia de genio a Ferran Torres en el clásico de pretemporada (3-0) le valieron a Fermín la promoción al primer equipo. Todavía no se ha ganado un lugar en el once, con siete titularidades y nueve suplencias en 16 partidos, pero el canterano azulgrana ha sabido responder al salto de dos categorías.
La otra cara de la moneda le corresponde a Ilaix Moriba, crack precoz que quiso correr demasiado y ha quedado relegado al olvido en el Leipzig. Con un pequeño puñado de partidos en el Barça de Ronald Koeman ya imponía unas exigencias salariales superiores a su caché. Ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo económico, el club catalán lo vendió al conjunto alemán un año antes de expirar su contrato por 16 millones. Temporada y media de cesión sin pena ni gloria en Valencia, y olvidado en la Bundesliga.