Pasan los días y el culebrón entre Kylian Mbappé y la cúpula del Paris Saint-Germain sigue sin resolverse. Nasser Al-Khelaifi y los suyos ya han dejado claro que el joven delantero se pasará toda la temporada 2023-24 en la grada si no renueva, y el futbolista tampoco está dando su brazo a torcer. Llegados a este punto, la disputa podría llevarse por delante a víctimas colaterales, como a un Luis Enrique que empieza a estar cansado de la polémica cuando aún ni siquiera ha empezado el curso.
Kylian Mbappé y Luis Campos
A raíz del caso Mbappé, en las últimas horas Le Parisien publicó una noticia en la que ponía en cuestión la continuidad de Luis Campos, que es quien ha fichado a Luis Enrique para el PSG y con quien está construyendo mano a mano un equipo de jugadores y no un álbum de cromos. Resulta lógico que Luis Enrique, ante esta situación de incertidumbre constante, se muestre incómodo.
No hay duda que Luis Campos, además de ser una persona muy cercana a Kylian Mbappé y a su entorno, es una figura clave del organigrama del PSG con contacto diario en la toma de decisiones. La cuestión es que al técnico le estarían haciendo llegar indirectas con la idea de que, si Mbappé no acepta ser traspasado este verano, seguramente no pueda contar con él deportivamente en la campaña 2023-24.
Un harakiri deportivo en toda regla, o al menos eso debe pensar Luis Enrique si se da dicha situación. Está por ver si heridos en el orgullo, los qataríes finalmente tomarían semejante decisión. Pero Lucho, viendo ya lo que ha pasado bajándolo del avión de la gira a Japón, se huele que puede ser una opción real.
Posible fuga de Rafa Pol
A todo esto, desde algunos medios señalan que la mano derecha de Luis Enrique en el cuerpo técnico, Rafa Pol, está considerando la posibilidad de no continuar en el PSG por un problema personal. Un problema más para la estabilidad de Lucho en París, que se junta al de Mbappé y la posible salida de Luis Campos.
El cóctel empieza a ser explosivo, y no se descarta que Luis Enrique opte por dejar el PSG en las próximas semanas. Aunque ello signifique dejar tirado al equipo justo antes de empezar la temporada. Una situación similar, por cierto, a cuando el legendario José Antonio Camacho dimitió como entrenador del Real Madrid a mediados de septiembre, en 2004, por desacuerdos con la gestión de Florentino. Para tomar decisiones así, hay que tenerlos bien puestos. Es el caso de Lucho, sin duda.