Marc-André ter Stegen vuelve a cambiarse de casa. El portero titular del FC Barcelona se muda por cuarta vez desde que fichó por el club azulgrana en verano de 2014. Se ha comprado una finca enorme en la Avenida Pearson del barrio de Pedralbes, uno de los más caros de la capital catalana. Su nueva propiedad se encuentra actualmente en reformas y será sustancialmente más grande que su residencia actual, situada al lado de Castelldefels. 

900 metros de casa y 5.000 de terreno

El capitán del Barça --y todo apunta a que se convertirá en primer capitán del equipo si no se produce la renovación de Sergi Roberto-- ha decidido invertir una buena suma de dinero en calidad de vida. Palacete en la zona pija de Barcelona con unas dimensiones de escándalo: 889 metros cuadrados de vivienda y 4.856 metros cuadrados de terreno. Casi nada. 

La casa consta de cinco habitaciones y cinco baños, lo que supone un plus de comodidad teniendo en cuenta que la anterior casa --mandada construir por el propio futbolista y su esposa, Dani, que es arquitecta-- ya se les quedaba pequeña. La nueva vivienda fue construida en 2005 y está dotada de tres plantas, además del amplio jardín, un trastero y un garaje en el que cabe una buena colección de coches. Tampoco faltan unas severas medidas de seguridad: los exteriores de la finca están repeltos de cámaras de videovigilancia, además de altos muros.

La valla exterior de la nueva casa de Ter Stegen, alta, con cámaras y repleta de plantas CULEMANIA

La nueva vivienda de Ter Stegen está muy cerca de una propiedad que compraron Piqué y Shakira hace unos años, como alternativa a la residencia que mantenían en Esplugues de Llobregat. Una finca que, curiosamente, le ha supuesto una reciente multa a Piqué por no pagar el vado. También Jordi Alba tiene una casa en la misma zona. En cambio, el portero azulgrana se aleja del antiguo capitán del Barça, Sergio Busquets, con una mansión muy próxima a la suya en Garraf.

Un obrero hace reformas en la nueva casa de Ter Stegen en Pedralbes, Barcelona CULEMANIA

Teniendo en cuenta que estamos hablando de una de las zonas más caras de Barcelona --el metro cuadrado en Avenida Pearson estaba en más de 10.000 euros en 2020--, se puede intuir que Ter Stegen ha destinado una gran fortuna para su adquisión. Tomando esa referencia, podría pensarse que el coste de la compraventa supera los 10 millones de euros. Sin embargo, otras estimaciones mucho más comedidas sugieren que el precio real de la finca asciende a tan solo 3,5 millones de euros. Los especialistas del sector estiman que ni tanto, ni tan calvo: el guardameta habría invertido entre 7 y 8 millones de euros

La primera casa de Ter Stegen, que tuvo alquilada en Rat Penat Víctor Malo CULEMANIA

Cuando fichó por el Barça hace 10 años, eligió vivir de alquiler en la zona del Rat-Penat, una urbanización situada en el nacimiento del Garraf, junto a Castelldefels y muy cerca de la playa. Posteriormente, se trasladó al centro de Barcelona, donde también estaba de alquiler, mientras, paralelamente, se mandaba construir una nueva casa, esta vez sí, de propiedad, también en el Rat-Penat. Cuatro años después de instalarse a vivir allí, se ha cansado. Por este motivo, ha decidido invertir en una nueva vivienda más próxima al Camp Nou. 

Cansados del Rat-Penat 

La casa del Rat-Penat es moderna y tranquila, con vistas al mar y cerca de la montaña. Como puntos en contra, que es una construcción de 311 metros cuadrados y que está alejada de todo: caminando, solamente puede acercarse a la naturaleza y, como mucho, a la playa. Para ir de compras, a la farmacia o a cualquier restaurante, tiene que ir en coche. Su nueva residencia es similar, en el sentido de que también está algo aislada, pero puede llegar de un volantazo a las tiendas de la zona alta de Barcelona y plantarse, en tan solo 5 minutos, en las instalaciones del Barça

La casa de Ter Stegen en la provincia de Barcelona / CULEMANIA

Este aspecto, pero sobre todo el hecho de que la propiedad de Garraf se les quedaba un poco pequeña, tanto a él como a su esposa Dani y a su hijo, ha comportado su decisión final de regresar a Barcelona. No es lo mismo vivir en 311 metros cuadrados que en 889, prácticamente el triple. Aunque, igualmente, el meta ha optado por un espacio alejado del centro y cercano a la montaña. 

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