Rocío Carrasco y Fidel Albiac se van de cena con los directores de la Fábrica de la Tele
La pareja ha compartido velada con el equipo de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’: una cita que no se han querido perder ni Carlota Corredera ni David Valldeperas
10 junio, 2021 13:53Rocío Carrasco es una mujer nueva. Tras dejar al descubierto su desgarrador testimonio como mujer maltratada por parte de su exmarido y de su primogénita, la hija de La más grande mira al futuro con optimismo y con ganas de que se haga justicia.
El intento autolítico que sufrió la protagonista de Rocío, contar la verdad para seguir viva marcó un punto de inflexión en su vida. Una razón por la cual consideró que había llegado el momento oportuno para tirar de la manta y dejar al descubierto la cara oculta de Antonio David Flores.
Una mujer segura de sí misma
Y es que es evidente que, en las últimas semanas, Rocío ha experimentado un proceso sanador al sentir el afecto y el calor del público patrio e incluso de la alta esfera de la política estatal. Segura de sí misma, la joven no se esconde y prueba de ello son las imágenes que este jueves, 10 de junio, han salido a la luz.
Rocío y a Fidel Albiac han disfrutado de la noche madrileña en compañía de los redactores, cámaras y productores encargados de dar voz a su dura verdad. En ellas, tambén se puede ver al matrimonio compartir confidencias junto a Carlota Corredera y David Valldeperas. Dos personajes claves en este proceso reparador y que han contribuido a que su relato sea escuchado.
Su primera aparición pública tras la docuserie
La velada, que transcurrió en un conocidísimo restaurante de la villa y corte, se alargó hasta pasada la medianoche. Fue entonces, cuando la hija de la Jurado compareció ante los medios para dar las “buenas noches” y asegurar que todo “estaba bien”.
Por si fuera poco, tras abandonar el establecimiento en el que de bien seguro disfrutaron de un suculento ágape, Carrasco hizo gala de la especial relación que la une a David Valldeperas. Ambos se dejaron ver abrazados y muy sonrientes mientras paseaban por las, a aquellas horas, inhóspitas calles de Madrid.