Unas medias, una botella de gaseosa y 200 pesetas, ese fue el primer sueldo de Rocío Jurado

Este martes 1 de junio se cumplen 15 años del nacimiento de la leyenda Rocío Jurado. Tras dos años de intensa lucha contra un cáncer de páncreas, La más grande perdía la batalla: su voz se apagaba para siempre a la edad de 62 años.

Artista como pocas, la Jurado enamoró al mundo. De hecho fue en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) donde la reconocieron como "la mejor voz del siglo XX".

Transgresora

Hoy, quince años después de ese trágico 1 de junio de 2006, su recuerdo sigue más vivo que nunca. Tras el revuelo mediático originado por la emisión de la serie que protagoniza su hija, hablar de la Jurado es hablar de la historia de España. Su nombre empezó a sonar en la década de los 70, lejos todavía de llegar a ser la gran folclórica en que se convertiría.

Su música transgresora marcó un antes y un después en un país que recién salía de una dictadura. Sus canciones sobre tríos, hombres que no daban la talla, amantes jóvenes que apenas sabían besar y sexo en solitario no dejaron a nadie indiferente. Tampoco lo hacían sus manifestaciones públicas a favor del colectivo LGTBI entre las que destaca un "¡yo soy progay!" que le respondió a Mercedes Milá en la década de los 90.

Su primer sueldo

Sin embargo, fue mucho antes, en su época de veinteañera, cuando Rocío abandonó su Chipiona natal para ganarse la vida en Madrid; ciudad donde empezó a labrar su futuro encima de los escenarios, y más en concreto, encima de los tablaos flamencos. Una urbe efervescente en la cual por su primer trabajo cobró "unas medias, una botella de gaseosa y 200 pesetas".

No obstante, si hay una faceta que pasaba por encima de la de artista, esa era la de madre: Rocío sentía pasión por su familia, su marido y, muy especialmente, por sus tres hijos: Rocío Carrasco, Gloria Camila y José Fernando.