El actor Marc Rodríguez

El actor Marc Rodríguez

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Marc Rodríguez: "Muchos jóvenes no contemplan el teatro como opción, hemos de hacer que vengan"

El actor regresa al teatro con un clásico contemporáneo catalán, 'El mètode Grönholm', para arrancar la temporada

20 agosto, 2022 00:00

El mètode Grönholm regresa de nuevo a Barcelona. Lo hace después de una reentrada accidentada a causa del Covid pero con la misma ilusión, sino más, de ofrecerles a los espectadores una oportunidad de pasar un buen rato en un teatro.

La obra, escrita por Jordi Galcerán y dirigida por Sergi Belbel, es ya un clásico contemporáneo del panorama teatral catalán. Desde su estreno en 2003 no se ha dejado de representar por todo el mundo, se ha visto en decenas de países. Por eso, el reto que enfrenta el nuevo reparto es muy alto.

Ganas de más

Marc Martínez no tiene ningún problema a la hora de enfrentar este desafío. La última vez lo disfrutó sobremanera y, ahora, sólo desea darle al espectador la obra que merece, sin restricciones ni limitaciones de aforo. Mucho menos de risa.

El actor charla con Crónica Directo sobre el montaje que abre temporada en el Poliorama de Barcelona este 6 de septiembre, de la escasez de público en el teatro y de la importancia de atraer a los jóvenes a las salas. ¿Basta con ser una cara conocida de programas de TV3 como Crakòvia o Polònia?

--Pregunta: ¿Cómo emprenden este regreso al Poliorama con 'El mètode Gronholm'? 

--Respuesta: La emprendemos con muchas ganas, porque la primera vez nos pilló en ese mes de noviembre en el que nos cerraron los teatros, con limitaciones de aforo y confinamiento municipal. Hicimos un mes menos y tenemos ganas de volver a reenseñar y tener el teatro un poco más lleno, porque estas comedias funcionan también por contagio. Así que tenemos ganas de enseñarla en condiciones normales.

--No creo que quede mucha gente que no haya visto este éxito, pero ¿qué se encontrará el nuevo espectador y el que ya la vio antes?

--Quien ya la haya visto se encontrará con un reparto diferente que tenemos mucho respeto de lo que se hizo. Sabemos que tenemos entre manos una obra que es ya un clásico de la literatura teatral catalana contemporánea y la hacemos con muchas ganas. Y sabemos que a cierta gente le hará gracia volver a ver ciertas cosas por gente diferente. Para quienes no la hayan visto que sepan que disfrutarán de un buen rato de teatro, sin más pretensiones que las de hacer una comedia que cuenta las miserias de la gente y pueda reírse de ello. Es una selección de personal bastante pintoresca, con pruebas algo extrañas, a la que se enfrentan cuatro personajes. Todo con una intriga que se revela al final. Son elementos muy chulos para empezar la temporada y más este septiembre que los coles empiezan antes. Nosotros, a partir del 6 de septiembre, ya estaremos allí. Sé que el tema del público ha ido a la baja, no sabemos si la pandemia ha dejado secuelas o es una inercia que cambiará, pero invito a la gente a ir al teatro, porque es un placer.

--Ya que ha hablado de eso, ¿cree, como dice, que la pandemia es la causa principal o a qué responde esta caída de asistencia al teatro?

--No soy muy bueno diagnosticando. No sabemos si se ha prescindido del teatro o es cosa del público que tenemos. La gente mayor nos ha aguantado muchos tipos de situaciones, son un público muy fiel, pero cumplen años. La pregunta es ¿cómo captamos al público joven? Nos apetece que los jóvenes vengan al teatro. Hemos hecho y haremos pases para coles y son supermajos, les encanta, pero el teatro no lo contemplan como opción muchas veces. No estoy de acuerdo en que sea cosa del precio, porque realmente la vida está muy cara y hay gente con problemas, supongo que es un tema de prioridades. Los hemos de enganchar y que salgan del teatro con ganas de volver. Es cierto que el teatro bien hecho lo consigue y con el que no está tan bien resuelto --por circunstancias mil, no quiere decir que no haya un trabajo detrás-- yo le animaría a la gente que no se rindiera y probara más. Yo mismo, recuerdo que decidí dedicarme al teatro a base de ser espectador, recuerdo disfrutar muchísimo, todavía ahora. Cuando entras a una sala de teatro y se hace oscuro, ves que esa gente hace eso para ti, se genera algo de ritual muy chulo. Nosotros procuramos ofrecer la máxima calidad y rigor, pero que la gente confíe y haga un pequeño esfuerzo. Luego, nosotros nos encargaremos de intentar que las ganas sigan vivas.

Escena de 'El mètode Grönholm'

Escena de 'El mètode Grönholm'

--Cree que el hecho de ser ahora un rostro popular entre los jóvenes por el 'Crakòvia' o el 'Polònia' puede ayudar a acercarlos al teatro?

--No te lo sabría decir. No sé si la tele es donde los jóvenes buscan sus referentes de ocio. Hace un tiempo que sí era así. Ahora no lo sé. ¡Ojalá! Eso significa que generas o despiertas interés en el espectador para ver a esa persona en un sitio y hacer el esfuerzo de comprar una entrada para salir de casa. A veces, ciertas producciones necesitan una cantidad determinada de gente para que sea rentable, pero que cada día hagas una función y haya 100-150 personas allí me alucina. ¡Esperemos que sí, que la gente vaya al teatro!

--De todos modos, en este montaje muchos espectadores se pueden sentir reconocidos, ¿no? Todos hemos pasado o pasaremos por una selección de personal.

--Sí, pero creo que no sentirán ese reflejo en el proceso de selección de personal como en la reacción de los personajes. Eso es lo que buscamos en una obra de teatro, el contexto puede ser muy alejado, como del presidente de los Estados Unidos, pero lo que te hace reír son las reacciones humanas de los personajes.

--Esperemos que la obra los atrape. Sus ingredientes son la comedia y una crítica no sólo a la ambición sino también a esos procesos de selección algo extraños. ¿Usted se ha encontrado con alguno de ellos? ¿Se dan en la interpretación escenas así?

--Me da la sensación de que siempre he estado en cosas serias, es decir, he trabajado con gente muy profesional y seria. No sé si hay submundos en que estas marranadas pasan. Yo creo que no. La gente queda descartada por sí misma, muchas veces. Según qué comportamientos se delatan mucho y la gente no quiere trabajar con depende quién. En la vida en general, sí veo cosas muy grotescas y lo que parece una bestialidad, sucede. Ahora tengo miedo de que cosas que están para reírse de ellas se las tome en serio. Ese es el único miedo que tengo. El mètode es una gran comedia, por eso, y espero que la gente se lo pase bien. Eso no quita que toda buena comedia tiene un fundamento real y puede que se reconozcan. Yo me he encontrado con gente muy chula y responsable, en este sentido.

--Hablando de que la gente se tome bromas demasiado en serio, usted que lleva tiempo metido en el mundo del humor, sobre todo en la televisión. ¿Hay ahora más tensión a la hora de meterse en una comedia?

--Creo que no, sobre todo en el teatro. La gente se mueve de casa expresamente, no se sienta frente a la tele en su sofá y tiene reacciones viscerales. Yo confío mucho en el sentido común de las personas. Que un personaje haga burla de algo no significa que la obra se burle o falte al respeto a una persona, un colectivo o una problemática. El tema de estas fronteras del humor, que no sé cuáles son, está en el punto de vista con el que haces las cosas. Yo recuerdo una profesora de teatro que decía, yo no haría de judía en una película que defendiera el Holocausto, pero sí de nazi en una que lo criticara. Eso es un ejemplo de lo que pienso. Hay humor y humor y tiene cierto trabajo, debe haber un rigor. Hay gente muy brillante. Yo necesito a los comediantes y guionistas que te pueden sorprender y esa es la base del humor. 

Elenco de 'El mètode Grönholm'

Elenco de 'El mètode Grönholm'

--Ha mencionado esos inicios que lo llevaron al teatro. ¿Cómo fueron y cómo ha visto su crecimiento?

--Fueron a base de ir de espectador al teatro. Hice COU, empecé Física en la universidad y disfrutaba mucho yendo al teatro, ya me impresionó antes. Recuerdo que disfrutaba muchísimo, que en Catalunya Ràdio regalaban entradas para ir al Centre Dramàtic y yo iba. Disfrutaba mucho, guardaba todos los folletos y, poco a poco, y con mucho respeto, me planteaba si yo podría hacerlo. Probé en algunos cursos y en el 96 me presenté en el Institut del Teatre, entré y ya en el primer curso salió un trabajo con Rafael Duran en la Sala Beckett para el Grec, el tercer curso me llamaron para Nissaga: l'herència y allí conocí a gente que ha sido muy importante en mi vida, como Julio Manrique, con el que he hecho unas cuantas obras y espero hacer más... El teatro me ha dado todas las amistades y gente que tengo ahora y es una de las cosas por las que estoy más agradecido.

--Tras Nissaga hizo mucha televisión, cine, pero casi siempre mantuvo el teatro. ¿Es el lugar en el que se siente más cómodo?

--No lo sé, es mi oficio. Ha sido una constante en mi vida. La cosa ha ido así. Sí es cierto que el teatro es donde me he sentido cómodo por los tiempos que maneja y que me han ido bien. También el teatro es lo que más me ha expuesto a mis debilidades, cuando más inseguro he estado o momentos que pasa más bajito hace que todo cueste más. Es mi oficio y actualmente es algo que me exige mucho. Sobre cine y tele, cuando ha salido lo he hecho, también las posibilidades son las que son. Siempre lo principal es que haya una buena historia y gente con la que trabajar con rigor. Ahora he empezado con la telenovela del mediodía, por ejemplo, que nunca hice ninguna y es una cosa que me apetecía. Yo emprendo todos los proyectos muy agradecido y con muchas ganas. Con los años es algo que no he perdido.

--Uno puede intuirlo con su CV porque desde ese año 97, poco se ha parado.

--En este sentido, me siento muy superafortunado y agradecido, porque este es un oficio en el que después de estudiar, si no tuviste la posibilidad de ejercerlo y aprender trabajando, cuesta mucho. Te expones muchísimo, porque si después de dos años no te han cogido en ninguna prueba, ¿cómo vas? Con inquietud, intentando demostrar tu talento. En cambio, trabajando siempre es más fácil seguir, aprender a hacer las cosas mejor y, como mínimo, coger más herramientas para hacerla. El resultado ya se verá.

--Y de esa Nissaga salieron muchos actores que se han convertido en grandes directores. ¿Lo veremos seguir la estela?

--Como he trabajado con grandes directores, sí me gustaría dirigir pero necesito tener un porcentaje alto del talento que tienen ellos. En cuestión de dirección de actores creo que podría ayudar a poner en escena un papel, pero no sólo es eso. Hay aspectos muy complicados como liderar el proyecto, explicar una historia, rodearte de gente, explicarle tu proyecto... No lo descarto pero por ahora estoy muy metido en mi trabajo. También has de tener una muy buena historia, que la entiendas y que sepas muy bien qué quieres explicar. Para ello hace falta mucha dedicación.