Anabel Alonso (Baracaldo, 1964) recibe este 1 de mayo en Oviedo (Asturias) el premio Cincuenter por su talento, por su compromiso y por ser todo un ejemplo de que ser mujer y superar los 50 años no es sinónimo de ser una persona mayor sin ganas de nada. Asimismo, un día antes --el evento arranca este 29 de abril-- charlará con la primera mujer al frente de la Feria del Libro de Madrid, Eva Orúe, en el coloquio cuyo título podría describir a ambas: "Fuertes y poderosas".

Ella misma es un claro ejemplo de pura energía. Reconoce que no sabe de dónde la saca, y que también se va cansando, pero no para. Su optimismo es el motor que la ha llevado donde está, aunque le haya costado creérselo.

Incredulidad

Me costó mucho tener la sensación de que había conseguido tener un lugar en esta profesión, ni siquiera cuando hice Los ladrones van a la oficina”, una serie en la que estaban los grandes nombres del cine español: Fernando Fernán-Gómez, Antonio Resines, Manuel Alexandre, Agustín González, Quique San Francisco...

“Tal vez con Siete vidas”, divaga. Sí está “más que orgullosa y satisfecha de pertenecer a ese 5% de las actrices y actores de este país que puede vivir de ello”. Aun así, es consciente de que el teléfono puede dejar de sonar.

Mujeres en pantalla

Por suerte, no le pasa. Tampoco pasados los 50. Son muchas las actrices que señalan que, a partir de los 40, ya no hay papeles para ellas, “sobre todo, en el cine”, subraya Alonso: “En el teatro los hay y en la televisión cada vez hay más”. La explicación a ello sigue siendo misteriosa.

“A los actores de 50 o más se les permite quedarse calvos, estar un poco más rellenitos, pero a las mujeres se nos sigue exigiendo mantener un físico, no tener arrugas”, lamenta. Ella no le da más importancia, lo resalta cuando se le pregunta: “Miro siempre hacia adelante”.

La actriz Anabel Alonos / EP

Sin pelos en la lengua

Tampoco hace mucho caso a los haters de las redes sociales, donde casi cada comentario que ella pone se convierte en trending topic: “No sé por qué, yo tampoco soy un oráculo”, bromea. “Siempre habrá gente así, que se esconde en el anonimato para criticarte”, señala. La chica Almodóvar lo tiene claro, a ella no la van a callar. Ni ganas. “Los artistas creo que hemos de tener un compromiso con la sociedad. Somos caras visibles y reconocidas y creo que tenemos una responsabilidad”, matiza.

¿Teme que sus opiniones le puedan perjudicar a nivel laboral? “No lo sé, es una cosa que no depende de mí. Hay tantas razones por las que puedes no estar en un trabajo y la mayoría de ellas, no depende de ti”. Tampoco si lo de ser clasificada como actriz cómica le perjudica, matiza. Aunque ahora lleva desde 2014 en Amar es para siempre con Benigna. Un personaje dramático que la saca de su zona de confort, pero con la comedia está más que cómoda.

Prioridades

Eso sí, con lo que más cómoda y feliz está ahora es con su papel de madre. “Estoy feliz. Igor es ahora mi máxima prioridad”, confiesa. Madre a los 55 demuestra, una vez más, que pasados los 50 la vida no se acaba, sino que una está abierta a nuevos horizontes y experiencias.

Preguntada por si pospuso la maternidad por su carrera apunta que “no. No de forma consciente, porque incluso cuando no tomas una decisión, de alguna manera lo haces. Nunca fui consciente de que estaba posponiendo mi maternidad, simplemente sucedió”. Una muestra más de por qué este premio Cincuenter es más que merecido.