Rocío Carrasco aseguró ayer en El Programa de Ana Rosa que quería dejar a su hija "a un lado". La hija de Rocío Jurado pidió expresamente que no se hablase más del incidente que tanto "dolor genera" en ella y su hija.
Ahora, sin embargo, ha sido la propia Rocío Flores la que ha reaparecido en su puesto de trabajo completamente rota. Muy afectada y entre lágrimas, la colaboradora ha negado tajantemente una reconciliación con Carrasco: "La puerta con mi madre está cerrada".
No hay reconciliación
Sin poder contenerse las lágrimas, la hija de Antonio David ha reafirmado que esta decisión la tiene presente "desde hace muchos años y más con el documental y ahora otra vez con lo mismo". Sin embargo, espera que con esto se deje hablar de ella: "Espero que al fin personas de poder me dejen respirar".
Ro ha asegurado que no le ha sorprendido la intervención de su madre, pero que ahora ya es demasiado tarde: "Me hubiese gustado de corazón que me hubiese dejado a un lado desde el minuto 0 que se planteó hacer el documental". Sin embargo, tal y como ella dice, "lo hecho, hecho está".
Mucha presión
El presentador, Joaquín Prat, le ha prometido que en ese espacio "nunca más se va a mencionar el episodio". Algo que la colaboradora, tapándose con un pañuelo, ha agradecido enormemente: "He venido a dar la cara". Así las cosas, Ro asegura "estar cansada de llorar".
"Me veo sometida a mucha presión, pero esto ya es tocar fondo", ha confesado. Es por eso que la joven prefiere no entrar al trapo: "Necesito mi tiempo, recomponerme y pensar en mi y mi salud".
Pide respeto
Ante todo, Rocío Flores ha pedido respeto a las personas de televisión que hablarán del tema en los próximos días: "Yo respeto lo que haga cada persona y también me gustaría que se me respetase a mí".
Antes de zanjar definitivamente el tema y marchar a publicidad para que la colaboradora se calme, Ro ha desvelado por quién sufre principalmente: "Lo paso mal por mí, pero también tengo dos hermanos y me duelen".