Gjon’s Tears (Saanen, Suiza, 1988) se ha convertido en el fenómeno de la temporada en España. Su tema Tout l’univers encabezaba el documental de Rocío Carrasco que han visto millones de espectadores y se ha quedado en la cabeza de todos.
No solo eso, él fue el representante de Suiza en Eurovisión y quedó en primera posición tras la valoración del jurado. Poco después, la alegría se aguó un poco con el voto del público, que dio el triunfo a los italianos Måneskin.
Vivir la experiencia
El suizo se lo tomó con total deportividad, se contenta con la valoración profesional y haber participado sin resultar herido. Y es que, como confiesa a Crónica Directo, pensó que iba a caerse porque la plataforma en la que actuaba se movía. Nada de eso pasó.
El cantante ha regresado esta semana a nuestro país para cantar en directo la canción y dar pie a la última entrevista de Rociito en Telecinco. Un programa del que se siente muy orgulloso de haber participado.
--Pregunta: ¿Esperabas este éxito en España y en Eurovisión?
--Respuesta: No. No esperaba tanto amor ni aquí ni en toda Europa. Eurovisión fue un gran desafío para mí. Iba a ir el año pasado, se canceló y presentamos este nuevo tema y es difícil volver a impresionar a la gente cuando ya te conocen. Pero la música y por lo que estoy en ella es precisamente por este desafío.
Me alegró cuando me llamaron del documental de Rocío, porque significa que el francés no es una barrera para mi carrera, sino que lo importante es mi voz y mi música. La canción gustó a mucha gente y España es un país que amo particularmente y me siento muy conectado. Y si consigo triunfar en la música me gustaría vivir aquí. No en el futuro próximo, porque estoy con una discográfica francesa con la que vamos a hacer el álbum.
--¿Qué hace tan especial tu conexión con España?
--Yo estuve en Madrid hace años y la amé. Puedes ver la historia en los edificios, incluso en la gente de algún modo. No he estado en muchos lugares, pero me gusta que no todo el mundo hable inglés y sea todo tan local, es algo que me encanta. Además, aquí me enamoré.
--¿Hace cuánto?
--Creo que hace dos años. Especialmente donde estamos haciendo esta entrevista, la Sala Equis, hasta el punto de que he pensado en poder hacer un videoclip aquí.
--¿Cuándo te propusieron usar el tema para el documental de Rocío Carrasco, sabías algo al respecto?
--Fue muy rápido, tanto que al principio no supe bien de qué se trataba. Nos contactaron un viernes, creo, y el domingo teníamos que actuar. Todo fue muy rápido, pero fue todo un honor. Cuando haces canciones esperas emocionar a la gente, pero no esperas que llegue tanto que lo quieran usar para un documental sobre su vida. Supe más de la historia cuando llegué aquí por primera vez. Me contaron la historia de Rocío y sobre quién es, porque no la conocía. Es una historia extraordinaria para escuchar. Todavía no sé todo, porque no he tenido tiempo de ver todo el documental (ríe). Pero he sabido de la locura que ha vivido, aún no la conozco, pero mostrar tu vida personal y tu intimidad requiere tanto valor... Puedes ser criticada y debes tener mucho coraje y ser fuerte. Es una mujer poderosa y fue un placer para mí.
--Va a haber una segunda parte de la docuserie, ¿también pondrás la música?
--No lo sabía, por tanto, no lo sé. ¿Pero, por qué no?
--Ahora estás en la grabación de tu primer álbum, ¿es así?
--Sí, mi primer álbum profesional con mi discográfica francesa. Había grabado algo con mi abuelo cuando tenía 12 años. Todo fue muy rápido, pero me contactaron a principios de año, con la que empiezo a trabajar. Me gustaría cantar en francés, pero no quiero cerrarme al inglés y tal vez el albanés. Pero para mí, el francés es mi lengua nativa y mi interpretación creo que es mejor en este idioma. No sabemos cuándo va a salir, aún lo estamos terminando. Pero nos lo estamos pasando bien grabándolo y esperamos que entre finales de año y antes de junio de 2022.
--¿Escribes tus propias canciones?
--Escribo mis canciones, pero también hago algunas colaboraciones y estoy planteando algunos duetos que me han propuesto.
--¿Tout l’univers era tuya?
--Fue una colaboración. Fue escrita en inglés, al principio, luego con una escritora belga compusimos las melodías, y acudí al letrista de mi anterior canción para traducirla.
--¿Cuál es tu inspiración para componer?
--Mi mayor inspiración es la gente. Sé que suena raro, pero para mí cada persona tiene una melodía. Cuando estoy solo componiendo tengo a alguien en la cabeza. Por eso me gusta escribir también con otros, para adaptarla, pero en mi cabeza siguen estando esas personas. Son letras importantes para mí, y que amo.
--¿Estudiaste música?
-Estudié canto en el conservatorio unos seis o siete años, pero paré, porque el problema del conservatorio suizo es que sólo haces clásica o jazz, yo tiré por la primera y luego tuve la impresión de que si seguía me cerraría a otros estilos que también me interesan. Quería hacer rock, pop, disco, country, alguna vez clásico, pero no solo un estilo.
--¿Qué tipo de música te gusta?
--No puedo decir una sola. Depende.
--¿A quién admira, entoces?
--Grace Jones y David Bowie, los amé en cuanto descubrí su música y sobre todo su personalidad. Hay miles de cantantes en el mundo, pero lo que nos hace diferente es nuestra personalidad. Ellos tenían una identidad muy potente y probaron cosas nuevas. Al principio se reían de ellos, pero se han convertido en iconos.
--¿Has vivido algún tipo burlas?
--Realmente no. Supongo que tampoco he probado tantas cosas distintas hasta ahora (ríe). Pero si la pregunta es si tengo haters, sí, los tengo. Pero no he recibido tanto odio. No me importa que digan que soy gordo, que se metan con mi vestimenta, mi pelo, lo que me preocupa es mi voz y trabajo tan duro con mi voz para que nadie se meta con ella. Por eso estoy contento, porque no he recibido tantas críticas por la voz sino por gente que no le gusto físicamente o no le gusta mi música.
--O sea que por el momento tienes buena relación con las redes sociales.
--Me encantan y a la vez las odio. A mí me gustaría borrar todas mis redes sociales y hablar de tú a tú con la gente, pero estamos en la industria musical y todo va tan rápido que las redes ayudan a hablar con la gente, los fans, mostrarles el backstage y enseñarles todo el proceso y eso me encanta. Pero cuando te las tomas muy en serio no es bueno. Pero con el Covid ha sido muy útil para estar en contacto con los nuestros. Imagínate vivir la pandemia sin Internet. Hubiera sido muy loco. También ayuda a tener otras visionas.
--¿Cómo viviste la pandemia?
--Al principio fue muy duro, porque tuvimos que estar mucho tiempo encerrados. Pero yo fui afortunado, porque tenía la posibilidad de estar activo y había tanta gente que no podía… Con Eurovisión tenía que estar en contacto con gente, hacer entrevistas… No quería estar mucho tiempo solo e hice 44 entrevistas en cuatro días.
--¿Qué significó para ti Eurovisión?
--Creo que ha sido uno de los días más maravilloso de mi vida porque muchas veces vivimos cosas y no nos damos cuenta de darnos cuenta. Mis padres, los compositores, letristas y la discográfica y tantos otros estuvieron allí… En esos momentos no nos dimos cuenta, pero es tan guay que todo esto haya podido pasar que me hace feliz.
--¿Cómo viviste el momento en que fuiste primero y los votos del público te hicieron caer a la tercera posición?
--Me preguntan mucho si lo viví con mucho estrés y la respuesta es no. Mi trabajo es cantar en el escenario, había estado bajo mucha presión, pero cuando estuve allí se me pasó. Yo voy, el jurado da el resultado y ya está. No cambia nada. Como te he dicho, estoy feliz de poder vivir esta experiencia que esperaba desde hace más de año y medio y fue increíble. Lo que no me esperaba es que el jurado me pusiera en primera posición, porque tuve problemas técnicos durante la actuación, porque la plataforma se movía y traté de disimularlo como pude y fue difcíl. Traté de hacerlo lo mejor que pude y me pusieron en primera posición. Pero mi peor enemigo soy yo mismo, que pensé que lo había hecho fatal, y al ver que estaba en primera posición sentí que lo había logrado, al menos recibí el premio del jurado. Pero hubo tanta gente que me felicitó, que me callé y lo disfruté.
--¿Quién era tu favorito?
--Lituania. Creo que estuvieron tan correctos, tan perfecto, estuvieron tan geniales, bailaban, amé el concepto… Daði Freyr, el representante de Islandia, presentó algo con su familia y era algo local. Por eso, en mi canción del año pasado, Répondez-moi, tenía a mi abuela y a mis padres en el vídeo, como en Tout l’univers. Amo lo local por eso también opté por diseñadores locales para mi vestuario.
--¿Y qué opinas del momento de los concursantes italianos, en el que parece que consumían drogas?
--Mira, para entrar al estadio pasabas todo tipo de tests de Covid y restricciones de movimiento. Te hacían el test, de antígenos y PCR, te metían al bus, pasabas por un control de rayos X, como en el aeropuerto, había un perro policía, policías por todos lados, los camerinos estaban abiertos, tenías a miembros del staff todo el rato al lado que denunciaban cualquier cosa que se salía de lo establecido. Por ejemplo, estaba prohibido salir y denunciaron que alguien se fue de compras por Rotterdam, otros incluso fueron a Amsterdam. Todo estaba bajo control. Por eso, para mí no hay polémica.
--¿Es mentira?
--Cuando escuchas algo así has de mirar las fuentes. Y la fuente principal de denuncia a la organización fue una periodista francesa, que al final quedaron segundos. Y piensa, va, ¿por pocos puntos y porque no ganaste? A veces, el orgullo actúa así. Para mí, incluso la pregunta que se le hizo al cantante... ¡fue tan agresiva! No entiendo el tema. Y después se sometió a un test que demostró que no tomó drogas. Era imposible con todos los controles meter algo allí dentro, incluso tenías que tirar el agua de la botella antes de entrar.
--¿Hizo amigos?
--Fue difícil, pero el último día tratamos de divertirnos algo más, todos nos habíamos sometido a un test. No sé si podemos decir amigos, porque tendríamos que vernos más, pero, por ejemplo, con Anxhela Peristeri, de Albania, tuvimos una estrecha relación desde el principio y nos ayudamos entre nosotros. También con Blas Cantó, que cuando salí del escenario triste por el tema de la plataforma y creyendo que no lo había hecho bien, se acercó y me dijo: “Estuviste increíble, ni te preocupes por eso”. Fue tan majo y sincero, sin intereses. Tanto es así que cuando me propusieron volver para el último programa de Rocío dije que sí con la condición de que él estuviera. Luego están los chicos de Lituania; Katerina Verbitskaya, de Ucrania; Jendrik, el alemán… Más con Angela, Jendrik y Blas, te diría, con los que aún me escribo.
--¿Cuándo grabes el disco tienes previsto venir de concierto por España?
--Sería estupendo. Tendría que hablarlo con la discográfica, pero me encantaría.
--¿Temes que un día la fama desaparezca?
--Había miles de millones de personas viendo Eurovisión y seguro que no voy a tener ese público cada semana y la cifra irá hacia abajo. Ha sido una gran experiencia y ahora voy a hacer mi música y continuar trabajando. Pero creo que cuando uno es bueno y amable pasan cosas buenas. Veremos.