Andrés Calamaro: “Medio mundo se ha poblado de idiotas con pretensiones revolucionarias”

Andrés Calamaro (Buenos Aires, Argentina,1961) regresa con nuevo disco bajo el brazo, Dios los cría. Un repaso a su carrera musical a través de 15 temas que reinterpreta acompañado de grandes estrellas: Raphael, Julio Iglesias, Alejandro Sanz, y tantos otros.

No ha sido fácil. Pese a que el proyecto viene de lejos, la pandemia ha afectado a la grabación de los videoclips y al registro de las canciones. Pero la pasión por la música ha ayudado al argentino a sacarlo adelante.

Sin pelos en la lengua

El artista regresa a España, país al que ama, para iniciar una breve gira, con las limitaciones que eso conlleva. Pero con la esperanza de fortalecer la cultura, tan debilitada en estos últimos años.

Con más de 40 años de carrera a sus espaldas, Calamaro repasa con Crónica Directo los cambios en el mundo de la música y no se muerde la lengua a la hora de hacerlo. Duela a quien duela.

--Pregunta: ¿Por qué un recopilatorio de duetos y por qué ahora? ¿Cómo surgió el proyecto?

--Respuesta: Ahora no. Lo grabamos durante la gira posterior al 2016 y antes del disco Cargar La Suerte, publicado en 2018 y premiado con dos Latin Grammy. Surgió de la libertad y la independencia con la que lo hacemos todo, discos, giras y vivir. Porque queremos, porque podemos y porque sabemos como. Buscábamos grabar un disco musicalmente bueno.

--Entre todos los nombres que aparecen, hay amigos y conocidos de la talla de Julio Iglesias, al que hacía mucho que no escuchábamos. ¿Fue fácil conseguir esta colaboración?

--Entre lo fácil y lo imposible. Ya habíamos grabado juntos en el disco de clásicos mexicanos en dueto (quizás el más reciente disco en estudio de Julio Iglesias). Bohemio le queda perfecta y la ha cantado genial.

--Hay quien echa de menos a C. Tangana y Jorge Drexler, con los que colaboró de forma brillante para el disco del madrileño. ¿Qué canciones suyas cantaría con ellos?

--Siempre va a quedar faltando alguien a menos que grabemos 200 canciones. Con C. Tangana y Jorge nos hemos redimido grabando juntos en el estupendo El Madrileño.

--Sus éxitos se cuentan por decenas y sus canciones por centenas, ¿fue difícil la selección de sólo 15 temas?

--Estas son las 15 que quedaron terminadas. Ni fácil ni difícil.

--Usted empezó muy joven en el mundo de la música, lleva casi 40 años dedicado a ella. ¿Qué llevó hasta la música? ¿Cómo ha visto los cambios en el sector?

--Soy aficionado, aspirante a músico, músico y cantante. Cumplí 17 años en un estudio de grabaciones. El sector ha cambiado demasiado, incluso antes de la epidemia de tecnología y el consiguiente apocalípsis cultural. Amerita un análisis que aburriría a los lectores.

--¿Cómo se defiende la cultura?

--Tomando La Bastilla.

--Usted se declara fan confeso de Bob Dylan, ¿cómo fue telonearlo en su gira española de 1999?

--Dylan fue amable conmigo y con mucho menos se escriben libros. Prefiero no ventilar historias internas de las giras. Respeto la confianza que me ha dado invitándome a girar en España.

--¿Le hubiera gustado un dueto con Dylan?

--Si, claro. Como con Willie Nelson.

El cantante Andrés Calamaro / CEDIDA

--Usted ha marcado un sello propio, ¿cree que ha abierto camino a otros en el mundo del rock? ¿Se siente referente de alguien? ¿A quién consideraría un discípulo o que sigue su estela en la música actual?

--No tengo ni idea, prefiero cuando las influencias se notan poco y nada. Creo que he servido de referencia a músicos que no suenan como yo ni se me parecen casi, y me parece muy bien.

--Arranca una gira este 2021, con el Covid coleando, ¿qué se va a encontrar el público que acuda allí, va a haber sorpresas y/o artistas invitados?

--Esperamos volver para terminar 30 conciertos que nos quedaron faltando, tampoco podemos programar uno solo como es el caso del Festival de la Guitarra en Córdoba. Volveremos ensayados para hacer 30 recitales en 30 ciudades.

--Arranca este tour veraniego en Barcelona. ¿Qué relación tiene con la ciudad? ¿La ve muy cambiada?

--Barcelona siempre ha sido una de mis ciudades preferidas y espero que no haya cambiado, pero advierto que medio mundo se ha poblado de idiotas con pretensiones revolucionarias de patio de colegio, niños caprichosos presumiendo de moralistas de cuarta. Barcelona es iconoclasta y cosmopolita o se volvieron todos locos.

--Es inevitable preguntarle en tiempos de pandemia, ¿cómo le ha afectado a nivel personal y profesional? ¿Ha supuesto cancelaciones de actuaciones? ¿Cómo lo vivió?

--Lo vivi muy bien, tranquilo. No fue ningún drama, nadie en mi familia se ha enfermado, nunca tuve miedo ni nada parecido. Me gusta quedarme en casa sin trabajar, ¿a quién no?

--¿Cómo cree que se ha gestionado la pandemia?

--Partiendo de que no creo en ninguna estadística y fue imposible comprar la vacuna en las farmacias, no me parece que le hayan echado mucho mérito ni transparencia.

--Pese a su indudable argentinidad, usted se declara abiertamente fan de los toros, tiene incluso una exposición fotográfica al respecto. ¿Qué opinión le merecen los antitaurinos?

--No entienden nada, han aprendido todo de internet y todo al revés. Se presentan como moralistas impolutos pero no saben ni limpiarse el culo. No dan un palo al agua.

--¿Ve cierta censura en la sociedad a expresar opiniones?

--Demasiada, peor que resistiendo una dictadura y me ha tocado vivirlas. Peor ahora porque no vivimos sometidos a dictaduras. La denuncia, el rencor… Peor escenario es imposible.

--En la música también ha habido censura e incluso raperos han sido juzgados por sus letras contra el rey o por hacer apología de la violencia, ¿cómo se posiciona al respecto?

--Me posiciono absolutamente en contra. Mi posición siempre es la misma, la oposición constante, la corriente contraria.

--¿Ha vivido usted algún momento de censura por sus letras u opiniones?

--No me afecta la amenaza de cancelación ni me preocupa la censura, hemos toreado en peores plazas. En América Latina nos mataron por mucho menos que escribir canciones. En la dictadura, en Malvinas y en democracia. Esto es un patio de colegio infame.