Las aventuras de Jesulín de Ubrique y Chenoa en Dos parejas y un destino ha servido para descubrir secretos ocultos de ambos artistas, pero en especial del torero.
Si en su recorrido por Ibiza confesó que estaba harto de la fama, su visita de lujo por Madrid ha servido para descubrir cómo se inició en el mundo del diestro, una profesión que no estaba en sus planes.
Fútbol y Rocío Jurado
El andaluz asegura que iba para deportista, en concreto portero de fútbol, pero la situación familiar lo empujó a los toros. Tumbado en una cama con Chenoa, se abrió de par en par y responsabilizó a su padre de todo, pero con cariño.
“Mi padre era empresario y contrataba artistas como tú”, le explicaba a la cantante. Pero hubo una que se le resistía, Rocío Jurado. Y es que en esas épocas Umberto Janeiro no se podía permitir pagar los honorarios de la folclórica.
Deudas
El patriarca no pudo hacer frente a ese dispendio y un día Jesús vio el cartel de “se vende” en el campo y vio que tenía que hacer algo. “Le dije: ‘papá, ¿tú quieres que yo sea torero?”. Y así empezó la carrera que le dio la fama.
“Yo he sido torero gracias a una artista", sentencia el diestro, quien recuerda que la primera vez que se puso delante de un toro tuvo hasta “arcadas”. Todo por los nervios que tenía.
En la cama con Campanario
Estas no han sido las únicas confidencias. Minutos antes desveló como es él en la cama con María José Campanario. Una cama que dice que es “muy grande” tanto que no se tocan.
Jesulín no habló de sexo, pero sí de cómo busca a su esposa en el dormitorio antes de dormirse. Su intención es abrazarla, “me gusta”, pero cuando están incómodos se aparta, pero no mucho. "A mí me gusta dormir agarrado, pero de vez en cuando a mí mujer le da mucho coraje. Entonces yo hago así y pongo la mano en ella y digo sé que está aquí", revela. Pero si una intimidad ha sorprendido es la que le hizo a Josie: nunca lleva ropa interior.