El cantante Álex Casademunt perdió la vida a última hora del martes 2 de febrero en un accidente de coche, cuando impactó frontalmente contra un autobús en Mataró (Barcelona). Un duro golpe que ha dejado destrozados a sus compañeros de Operación Triunfo, quienes han perdido a uno de los concursantes más queridos de la primera edición del programa.
Uno de los más afectados por la noticia es David Bisbal, quien se ha enterado de madrugada al despertarse para atender a sus hijos. El cantante ha intentado hablar sobre su amigo, pero no ha podido terminar la entrevista. Roto de dolor, se ha puesto a llorar al pensar en la hija del catalán, Bruna, que ha perdido a su padre cuando éste apenas tenía 39 años.
"La vida es un abrir y cerrar de ojos"
Lo primero en lo que ha pensado David Bisbal al conocer la triste noticia ha sido en sus hijos: "Ha sido terrible. La verdad que son momentos que lo primero que te viene a la mente son tus hijos. Sobre todo cuando él siempre mandaba vídeos de su hija Bruna bailando algunas canciones. Es terrible", ha señalado a los micrófonos de Europa Press.
"He estado en comunicación con algún compañero, con Manu Tenorio y también con David Bustamante", ha desvelado el almeriense, que también ha contado cómo se encuentran tras esta inesperada y dolorosa muerte: "Estamos muy tristes. Realmente pensamos que la vida es eso, un abrir y cerrar de ojos, y que estamos expuestos a cualquier peligro en cualquier momento. En la calle, con las enfermedades...".
Se rompe al recordar a la hija de Álex
"Cuando hoy me he despertado y he visto a mis niños, que además estoy con los tres, me he abrazado a ellos. Y lo primero de lo que me he acordado ha sido precisamente de Bruna, su hija", ha confesado el cantante, muy afectado por la pérdida de Álex Casademunt.
Al pronunciar el nombre de la pequeña, David Bisbal se ha emocionado y se ha roto por completo al hablar de su amigo. "Sí, es que Álex... un tío que jamás ha perdido la sonrisa. Jamás. Y estoy seguro de que ahora se... bueno... en fin...", ha balbuceado hasta quedarse sin palabras, sin poder contener las lágrimas. Momento en el que se ha despedido de los medios.