¿Por qué algunos cantantes famosos están vendiendo sus catálogos de canciones?
Artistas de gran reputación como Bob Dylan o Shakira se han desprendido de sus obras a cambio de importantes sumas de dinero
29 enero, 2021 19:35En las últimas semanas algunos cantantes conocidos en todo el mundo han decidido vender su catálogo de canciones a fondos de inversión que pasan a tener los derechos sobre ellas. Artistas como Bob Dylan, Neil Young o Shakira se han desprendido de sus obras, eso sí, por una gran cantidad de dinero.
Pero ¿por qué ahora han tomado esta decisión? ¿Qué les reporta y por qué no es algo puntual sino generalizado en la industria musical? ¿Cuáles son los factores que han llevado a que se repita esta situación?
Dylan, el más representativo
Quizás el nombre que más ha sorprendido entre los cantantes que han puesto a la venta su trabajo ha sido el de Bob Dylan, uno de los autores más importantes a nivel mundial de los últimos 60 años. Suyos son temas que se convirtieron en himnos generacionales, como Mr. Tambourine Man, Knockin’ on Heaven’s Door o Hurricane, y ahora ya son propiedad de Universal Music Group.
En total, el cantautor ha vendido más de 600 canciones por una suma que algunos analistas cifran en más de 250 millones de euros, lo que da una buena muestra de la apuesta realizada por la discográfica.
También Shakira
Algo similar ha ocurrido con la cantante colombiana Shakira, que ha vendido al fondo de inversiones Hipgnosis Songs Fund todas sus canciones (alrededor de 150) por una suma que no ha trascendido pero que sin duda habrá resultado más que interesante para la artista del Waka, waka.
Y no son los únicos, Imagine Dragons, Stevie Nicks, Barry Manilow, Chrissie Hynde o Neil Young se deshicieron de su obra por importantes sumas de dinero. Las razones pueden ser de todo tipo, pero se dan una serie de circunstancias que hay que tener en cuenta para explicar el porqué de este preciso momento.
Un mercado cambiante
La primera de todas ellas es el auge de la música en streaming, que ha hecho que los catálogos musicales aumenten su valor, dado que los ingresos que llegan por esa vía no dejen de incrementarse. Ante tal tendencia, tanto los fondos de inversión como las grandes discográficas han visto una excelente oportunidad (a priori) para conseguir beneficios a medio y largo plazo.
Además, no cabe duda de que este tipo de compañías tienen mayores recursos para colocar una canción en una serie de moda o para hacerla viral, de manera que crezca el número de oyentes y, como consecuencia, los beneficios sean superiores. No hay más que observar fenómenos como la canción popular Bella Ciao que aparece en la serie La casa de papel para darse cuenta de esta realidad.
Todo el beneficio a la vez
En este caso se podría pensar que los propios autores pueden copiar esa misma estrategia y sacarle aún más réditos a sus creaciones. Sin embargo, los beneficios que obtienen de ellas resultan muy jugosos, llegando a cobrar lo que ganarían en un espacio de 15 a 25 años.
Y aunque Shakira asegurará después de la firma que “cada canción es un reflejo de la persona que yo era en el momento en que la escribí, pero una vez que una canción sale al mundo, no me pertenece solo a mí, sino también a quienes la aprecian", lo cierto es que detrás de la decisión se encuentra una suculenta cantidad de dinero.
Impuestos
A esto se añade el hecho de que, tal y como explica Forbes, los impuestos que se deben pagar por las ganancias que se obtienen por la venta de las obras son menores que los “ordinarios” de su explotación anual. Concretamente un 20% frente a un 37%.
Esto también invita a los artistas a tomar una decisión que no implica que sus futuras creaciones también pertenezcan a los compradores, ya que todas ellas estarán exentas del acuerdo. De esta manera, si consiguen nuevos éxitos musicales, los beneficios seguirán siendo suyos, eso sí, con una gran cantidad monetaria en el banco.
No serán los últimos
Después de estas ventas, no será extraño que haya otros cantantes que tomen el camino de desprenderse de sus obras por importantes (o de todas ellas) por importantes montantes económicos.
Lo que estará por ver será si las compañías compradoras habrán acertado con su decisión y si el mercado seguirá por esos derroteros, ya que en las dos últimas décadas ha variado considerablemente.