Michael Jackson vende Neverland 11 años después de su muerte
Ronald Burke, multimillonario estadounidense y propietario de la cadena de clubes Soho House, ha adquirido el rancho a precio de ganga
13 enero, 2021 20:32Michael Jackson puede descansar un poco más en paz desde ahora, y es que 11 años después de su muerte ha conseguido vender su famoso rancho: Neverland. Una finca que atormentó al cantante desde que la compró en 1988 y que se ha vendido por un precio muy inferior a su valor: 18 millones de euros.
El nuevo propietario del Nunca Jamás de ladrillo es el multimillonario estadounidense Ronald Burke, fundador de la firma de inversión Yucaipa Companies, propietaria de la cadena de clubes Soho House. Una auténtica ganga, ya que supone una quinta parte del precio original de salida: 100 millones de euros.
Un amor a primera vista
El rey del pop se enamoró de la finca, conocida entonces como Sycamore Valley Ranch, en 1983, cuando grabó el videoclip de Say say say junto a Paul McCartney y, al ver la mansión de estilo Tudor que custodiaba el terreno, imaginó que podía hacer realidad su sueño de la niñez: crear el país de Nunca Jamás, hogar de Peter Pan, y disfrutar de la infancia que le robaron.
Se obsesionó tanto por el rancho que llegó a ofrecerle a su antiguo dueño más de 30 millones de euros, pero sus abogados lo frenaron y lo adquirió por algo más de 14 millones. Después, invirtió una brutal cantidad de dinero para cumplir su sueño, cambiando por completo la finca de la que se enamoró.
Hizo gala de su fortuna
Los terrenos de Neverland contaban con 1.100 hectáreas disponibles, cuidados a diario por más de 40 jardineros, donde había más de 128.000 plantas y un lago de 16.000 metros cuadrados --similar al de la Casa de Campo de Madrid--. El lago contaba con todo tipo de cisnes, dos cascadas y un puente de piedra, y Michael Jackson añadió un embarcadero con botes y un transbordador en forma de cisne. Además, en el centro, creó una pequeña isla con playa privada.
El cantante conservó la estructura de la mansión estilo Tudor, pero rediseñó bastante su interior. La vivienda llegó a contar con 25 dormitorios, seis baños completos, dos aseos, cinco chimeneas y dos vestidores revestidos en madera de cedro, además de un jardín privado de caléndulas en el patio trasero. En el exterior, además, construyó dos casas de invitados de 500 metros cuadrados cada una, un edificio de viviendas para empleados, una piscina inmensa, varias pistas de baloncesto y de tenis, una barbacoa totalmente equipada y un establo.
Todo tipo de lujos
Michael Jackson hizo gala de su riqueza y su obsesión por la niñez al incluir en su reforma un cine para 50 personas con barra de palomitas incluida, un estudio de baile y un poblado indio con multitud de caballos. De hecho, creó su propio zoo, repleto de animales exóticos como su famoso chimpancé Bubbles, el elefante Gipsy que le regaló la actriz Liz Taylor o los tigres Thriller y Sabu.
El rancho también tenia su propio medio de transporte, la Neverland Valley Railroad, con tres líneas de ferrocarril de un kilómetro de largo por las que circulaban locomotoras a vapor. También instaló un tren eléctrico a tamaño natural para sus hijos detrás de la vivienda principal.
Una larga pesadilla
Eso sí, el exceso máximo de la finca fue el parque de atracciones privado que construyó: el camino mágico, el puente a la casa del árbol, el barco pirata, el fuerte para batallas de agua, una noria de casi 20 metros de altura, un tiovivo con música, una montaña rusa, una atracción con sillas voladoras, un pulpo mecánico, coches de choque, un salón de videojuegos con máquinas recreativas y puestos de golosinas por todos lados.
Una construcción pensada para los niños y para él recuperar la infancia que le robaron a base de "trabajo, trabajo y trabajo". Durante más de 10 años, el cantante vivió una auténtica pesadilla en Neverland. Las deudas que acumuló, calculadas en más de 276 millones de euros, y las acusaciones por abusos sexuales, precipitaron su salida del rancho en 2015.
El final de Neverland
Michael Jackson se salvó del embargo al ceder los derechos que poseía de varias canciones de los Beatles, pero no del desmantelamiento total de su sueño: ya no quedan atracciones, ni animales ni muchos de los lujos y excentricidades que se permitió el rey del pop.
Artistas como Lady Gaga o Kanye West trataron de hacerse con la finca para restaurarla, aunque al final se han quedado sin ella. En el caso del rapero, por ejemplo, quiso adquirirla como regalo a su exmujer, Kim Kardashian, que frecuentó Neverland en su adolescencia y llegó incluso a celebrar allí su 14 cumpleaños cuando salía con T. J. Jackson, sobrino de Michael Jackson.