El drama familiar desatado entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja parece que tiene que ver con lo sentimental, sin olvidar el factor económico. Y es que la cantante no pudo hacer frente a una hipoteca de Cantora y allí empezaron las tensiones con su hijo.
Pero ¿qué es lo que realmente llevo a la cantante a tener que hipotecar la finca en la que vivió con Paquirri por 2,7 millones de euros? Y sobre todo, ¿por qué hace un año que no puede pagarla?
Concesión
Al parecer, todo se remonta a 2002, cuando la artista recibe una concesión para explorar unos terrenos por 25 años gracias al Ayuntamiento de Marbella. Allí monta el restaurante Cantora y el local nocturno Cantora Kopas.
Todo parecía ir bien, pero decide traspasarlo durante su relación con Julián Muñoz, con la concesión incluida, por la que le pagaron 1.941.269 euros. Así lo asegura la periodista Paloma García Pelayo en El programa de AR.
Problemas
Más allá de los cerca de dos millones recibidos, los nuevos propietarios, unos ciudadanos de origen chino, le pasaban a la artista 12.000 euros mensuales por el alquiler de los locales.
El negociado no le iba mal hasta que estalló la crisis de 2008 y los establecimientos empezaron a pasar apuros. Unos problemas que la pandemia han venido a rematar.
Un año de deudas
La fallida de los negocios ha provocado que la tonadillera ya no reciba los ingresos pactados, que era con los que hacía frente a sus deudas. Esos eran sus únicos fondos para pagar la hipoteca.
García Pelayo asegura que esta situación hace un año que se produce. Un tiempo durante el cual la Pantoja ha ido acumulando deudas con el banco. Esto y las críticas de su hijo son algunas de las razones por las que la folclórica no levanta cabeza. Y según Fran Rivera y Telecinco, “hay mucho más”.