La cultura del vino tiene un gran arraigo en España en general y en Cataluña en particular. Nuestro país es tierra de tradición vitivinícola y eso queda claro en la calidad y cantidad de bodegas que hay en todo el territorio.
Además, los consumidores son cada vez más exigentes respecto a los vinos que toman; de ahí que los llamados vinos ecológicos sean cada vez más demandados, puesto que a la calidad le suman un proceso de elaboración totalmente sostenible en el que se vuelve a los orígenes… sin perder los avances en cuanto a su elaboración y medidas sanitarias.
Un vino es ecológico cuando...
El primer paso para que un vino sea ecológico es que, obviamente, proceda de un viñedo catalogado como ecológico. Y para que esto pase, en este no deben utilizarse tratamientos químicos como los herbicidas o los fungicidas, de manera que solo se pueden emplear prácticas tradicionales que con el tiempo provocarán que el propio viñedo sea capaz de defenderse solo frente a las habituales amenazas, como las plagas.
No obstante, sí que se permite el uso de azufre tradicional y de sulfato de cobre. Asimismo, los abonos han de ser orgánicos, no solo para que las vides crezcan más sanas, sino para que las uvas sean de mejor calidad. Esta práctica también promueve la sostenibilidad.
Vendimia tradicional
Otro de los aspectos que deben tenerse en cuenta es que no se emplea maquinaria ni en el momento de la siembra ni en el de la recolección, tratándose la uva con mucho más cuidado. Es más, no se pueden utilizar para la elaboración del vino las uvas que se han dañado durante la vendimia.
Así pues, todo el proceso es manual, lo que implica no solo una vuelta a los orígenes, sino que las bodegas que elaboran este tipo de caldos añaden a sus conocimientos más novedosos las técnicas que más protegen al suelo, al entorno, a los viñedos y a las propias uvas.
Vino ecológico
Así pues, el proceso de elaboración de un vino ecológico es totalmente natural, y solo se permiten algunos productos de carácter enológico, como es el caso de la bentonita (en menor cantidad que los vinos tradicionales) y el sulfuroso. Por supuesto, los tapones de las botellas donde se envasará una vez que se “críe” habrán de ser de corcho natural.
El resultado por lo general son vinos con una gran calidad que satisfacen los paladares más exigentes, especialmente los de aquellos aficionados que además están concienciados con el medio ambiente. Claro que se trata de un modo costoso de elaborar vino, ya que no solo supone un mayor trabajo (al no estar permitidas ciertas máquinas), sino que ya solo el tiempo de adecuación de los campos al mismo supone una inversión importante.
Vinos catalanes ecológicos
Antes de apuntar la importancia de los vinos ecológicos de Cataluña cabe señalar que todos ellos deben llevar una etiqueta que certifique esta condición. Asimismo, también hay que apuntar que en el momento de probarlos, no existen diferencias entre los vinos ecológicos y los que no lo son, más allá de las que son habituales. Y es que los vinos de cada añada aunque sean de la misma bodega son diferentes.
Entrando de lleno en los vinos ecológicos de origen catalán, hay que apuntar que en las diferentes denominaciones de origen que componen el territorio hay cada vez mayor presencia de viñedos ecológicos. No en vano, el pasado mayo ya había un total de 18.632 hectáreas de viñedos ecológicos, de acuerdo con los datos emitidos por el Consell Català de la Producció Agrària Ecològica (CCPAE), lo que supone el 35% de la superficie total dedicada al cultivo de viñedos. Sin duda, una cifra muy esclarecedora.
Vinos premiados
Además de contar con una gran superficie de terreno catalogada como ecológica, las bodegas catalanas han recibido algunos premios que hay que mencionar. En los Premis Vinari, la Bodega Gramona (D.O. Penedés) se llevó el premio al Mejor Proyecto Ecológico, mientras que Salmos 2016 de Familia Torres fue elegido Mejor vino de la DOQ Priorat. Elaborado con cariñena, garnacha y syrah, procede de viñas cultivadas en modo ecológico.
Por otro lado, en la Guía Peñín ya hay 1.608 vinos catalanes, el 20% de los D.O. que hay españoles. Sin embargo, este porcentaje sube cuando se mencionan solo los ecológicos, ya que hay 572 vinos catalanes, un 36% del total.