Existe la tendencia que recomienda beber, al menos, dos litros de agua diarios para el bien de nuestro cuerpo. Pero no es una ciencia exacta, por no decir que es otra gran mentira extendida. Como en la mayoría de estos casos, la cantidad a beber en un día depende de cada persona y de lo que se haga a lo largo de la jornada.
El cálculo del requerimiento hídrico ha de ajustarse a las características particulares de cada persona. Esos famosos dos litros son una estimación para un adulto sano promedio, pero hay quienes no necesitan beber tanto, entre otras cosas, porque las frutas y verduras se la aportan a través de la alimentación.
Cuánta cantidad se aconseja
No hay respuesta exacta, pero hay diversas circunstancias que aportan algunas. Por ejemplo, niños, ancianos y personas con enfermedades tienen un sistema de regulación de las sensaciones de sed distintos, con lo que pueden llegar a deshidratarse si solo la tomasen según sus necesidades. Teniendo en cuenta que nuestro cuerpo está formado en torno al 60% por agua, el estar hidratado es sumamente importante para que se puedan desarrollar nuestras funciones vitales con normalidad y mantener un buen estado de salud.
Si alguien llega a pensar que bebe poca, por estar distraído o no tener ganas, no es un problema. Un adulto sano puede guiarse por su mecanismo de la sed, que le indicará si necesita hidratación. Si se le pasa beber agua será porque su cuerpo no la necesita en ese momento. Pero siempre basándose en un adulto sano, en otras circunstancias puede ocurrir lo anteriormente mencionado.
Diferentes circunstancias
Otros factores que determinan la cantidad a ingerir pueden ser desde el lugar de residencia hasta el puesto de trabajo. No se tomará la misma cantidad alguien que viva en los Pirineos que a primera línea de mar, al igual que un oficinista o un jardinero. El clima cálido o húmedo, la temperatura, la situación meteorológica o el encontrarse en un espacio interior o exterior alteran la necesidad corporal.
Igual que el sexo. Los hombres deben beber más agua que las mujeres, pero también afectan otros factores como la edad y la situación fisiológica. El peso de los hombres comparado al del sexo femenino suele ser mayor, por lo que tendrían que beber más. Si una mujer tiene un peso y volumen corporal mayores, indudablemente va a necesitar más agua en su organismo.
Mejor de día que de noche
A nivel de hidratación va a tener el mismo efecto, pero se aconseja que las personas sanas beban un vaso por la mañana según se levanten para estimular el reflejo gastrocólico. Eso hace que, al meter alimentos en el estómago vacío, se produzcan movimientos peristálticos en el intestino, que harán que podamos defecar mejor.
Beber agua por la noche, en cambio, tiene otras consecuencias como la de levantarse al baño, algo que hará que se interrumpa el sueño.
Beber demasiada es malo
Como todo en esta vida, el exceso es malo. Se ha demostrado que cierto número de litros pueden dañar nuestro organismo. Una persona sana que no esté haciendo ejercicio excesivo ni en un ambiente de calor insoportable, no debe beber cuatro litros diarios porque puede aparecer una hiperhidratación con consecuencias graves.
A eso, hay que sumarle que en contadas circunstancias, se debe beber a pequeños sorbos. Por ejemplo, si se está practicando algún deporte, se aconseja beber pequeños tragos durante el desarrollo de esa actividad. Si se ingieren grandes sorbos de agua pueden aparecer molestias gastrointestinales.