Un hombre apático que sufre síndrome post vacacional / Gianfranco Grenar en UNSPLASH

Un hombre apático que sufre síndrome post vacacional / Gianfranco Grenar en UNSPLASH

Curiosidades

Síntomas del síndrome post vacacional y consejos para sobrellevar la vuelta

Apatía, dormir mal, falta de motivación o tristeza son algunas de estas señales al regreso a la rutina

7 septiembre, 2021 21:31

Para algunas personas, el hacer la maleta de nuevo, dejar ese resort, hotel o incluso apartamento idílico, y decir adiós a las vacaciones, es algo más que volver a casa, a la rutina, al trabajo y al despertador. En su caso, esa "dura" realidad se traduce en una serie de circunstancias a nivel de salud que se conocen como el síndrome postvacacional

Con esta denominación se hace referencia a una sensación que tienen algunas personas cercanas a la apatía, la tristeza y a una falta de motivación por volver a la oficina y a los quehaceres del resto del año tras el parón estival. Un sentimiento que no es un capricho, sino una afección de salud que también en este caso debe ser tratada como corresponde para que no vaya a más. 

Volviendo de vacaciones, cuando puede surgir el síndrome post vacacional/ Rui Silvestre en UNSPLASH

Volviendo de vacaciones, cuando puede surgir el síndrome post vacacional/ Rui Silvestre en UNSPLASH

Así se manifiesta

Al hablar de los síntomas de este síndrome postvacacional sí que es cierto que esas manifestaciones dependen de cada persona, así como del entorno que tenga, sus circunstancias personales y profesionales e incluso del tipo de trabajo que desempeñe. Sin embargo, es común que esta sensación de angustia al llegar septiembre se traduzca en un decaimiento, pocas ganas de hacer gran cosa, falta de concentración (sobre todo en el terreno laboral), sensación de hastío, bajo estado de ánimo...

Junto a estas señales, en ocasiones las personas que sufren por ese fin de las vacaciones puede que les cueste más tiempo adaptarse de nuevo a los horarios, duerman mal y eso hace que rindan peor en el trabajo y, por ende, se encuentren más cansados. A la larga esto también puede llevar a aumentar su mal humor y a estar más irascibles

¿Cuándo aparece?

Este cuadro de ansiedad o estrés no es que se produzca en el mismo momento en que se pisa de nuevo la ciudad o la residencia habitual, ni tampoco el primer día que suena el despertador y uno tiene que ir a trabajar. En ocasiones, días antes (incluso estando todavía en ese lugar soñado de vacaciones) puede que ya comience a rondar la idea en la cabeza de que lo bueno frente al mar se acaba. 

La buena noticia, siempre que sea tratada a tiempo y no revista de mayor gravedad, es que tras dos o tres semanas tanto el cuerpo como la mente se van adaptado de nuevo a la vida rutinaria y ese síndrome postvacacional se va alejando. Eso sí, si pasados los días la situación no mejora y los síntomas empeoran (con depresión, palpitaciones, sudoración excesiva, temblores y taquicardias...) igual es momento de pedir ayuda.

¿Cómo combatirlo?

De la mano de los profesionales uno puede acabar con ese síndrome postvacacional siguiendo una serie de recomendaciones y rutinas. Consejos que es mejor poner en práctica antes de que sea demasiado tarde e incluso antes de volver de nuevo a la ciudad. Es el caso de regresar a la rutina de manera gradual ya sea (si se puede) trabajando menos horas los primeros días o acostándose y levantándose a la misma hora (como si uno fuese al trabajo) los últimos días de vacaciones. 

No se puede pretender volver de golpe, por eso lo mejor en este caso es acompañar esa adaptación gradual con algunos ratos de ocio como, por ejemplo, salir a tomar algo a una terraza, pasar el tiempo con amigos o practicar algo de deporte. En este último caso, esta actividad física ayudará a que tanto el cuerpo como la mente se vean muy beneficiados para atajar este problema de salud. Y puede que se hayan acabado las vacaciones, pero no las tardes libres para hacer planes o los fines de semana para hacer alguna que otra escapada

La importancia de las vacaciones

El temor a sufrir este síndrome postvacacional no tiene que llevar a no querer disfrutar de un merecido descanso. Es más, este periodo favorece a la salud por lo que siempre que sea posible es buena idea tomarse unos días de asueto y relax. Así pues, entre los beneficios están en alejar el estrés (sobre todo si se tiene mucha carga de trabajo o por cuestiones familiares), mejorar la creatividad ya que se tiene más tiempo libre y se sale de la zona de rutina y hasta relativizar los problemas o preocupaciones que se puedan tener. 

Eso sí, para que las vacaciones surtan su efecto es importante no caer en algunos de estos errores: hacer una programación excesiva de esos días de descanso o planear demasiadas actividades en ese tiempo, no cuidar de la alimentación o de las rutinas de sueño o descuidar la economía con el pretexto de que se está ocioso. Puede que el ser tan despreocupado pase luego factura en el mes de septiembre.