Chiringuitos de playa de Barcelona para despedir el verano

Hablar de verano es hacerlo de vacaciones, relax, turismo, sol, playa y comidas y sobremesas interminables en los mejores chiringuitos mirando al mar. Ahora, con la llegada a su fin de este ansiado periodo estival todavía queda tiempo para animarse a planear una cena bajo las estrellas o tomar cócteles mirando a ese atardecer (ya más otoñal) sobre el Mar Mediterráneo. 

De los típicos locales que servían a pie de playa comida más tradicional o desenfadada se ha pasado a verdaderos espacios gastronómicos que nada tienen que envidiar a los mejores restaurantes que se encuentran en pleno centro de las ciudades; en decoración o en oferta culinaria. Una propuesta de lo más apetecible para cerrar una jornada playera o disfrutar de un momento de ocio para olvidarse de la rutina de septiembre. 

El origen de los chiringuitos

Para conocer la historia de estos emblemáticos establecimientos en la playa no hay que irse muy lejos. Se cree que en la localidad barcelonesa de Sitges es donde se abrió el que dicen es el primer local de estas características en el año 1913. Un bar de playa, como se le conocía entonces, y que poco tiempo después fue bautizado con el sobrenombre de El Chiringuito por el escritor César González Ruano en un claro homenaje a Cuba.

Lo de hacer un elogio a la isla cubana no es algo casual si se tiene en cuenta que la palabra chiringuito como tal nació en el siglo XIX cuando los jornaleros que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar del país paraban de su faena y se tomaban un descanso con un café. Precisamente, para elaborar esa bebida se servían de un colador hecha con una fina tela por donde salía el café en un pequeño chorro que denominaron chiringo. Y de ahí a chiringuito, el espacio improvisado de cañas y hojas donde degustaban ese refrigerio en mitad de la jornada.