Imagen de un niño y su perro / INÉS OPIFANTI

Imagen de un niño y su perro / INÉS OPIFANTI

Curiosidades

¿Sabes por qué tu perro se parece tanto a ti?

Los estudios científicos coinciden en que elegimos a nuestra mascota teniendo en cuenta similitudes con nosotros

5 junio, 2018 11:30

Un estudio de la Universidad de Kwansei Gakuin, Japón, ha establecido que el motivo por el cual se dice que el ser humano tiende a parecerse a su mascota es porque en nuestra forma de ser estamos acostumbrados a elegir aquello que consideramos más acorde con nuestra personalidad o nuestro físico. A este razonamiento se le denomina el "Efecto de la mera exposición", o principio de familiaridad: “Tendemos a elegir al animal cuyos rasgos faciales tienen más similitud con los nuestros, aunque no lo hagamos conscientemente”, explicaba Sahiko Nakajima, psicólogo japonés a cargo de la investigación.

A este apunte se suma la opinión de multitud de expertos, como es el caso de la psicóloga Sandra Suárez: “El ser humano siempre tiende a escoger personas (amigos y parejas) con alguna similitud, con características físicas que le resulten afines. Lo mismo ocurre con su mascota".

No obstante, en muchas ocasiones estas similitudes van mucho más allá de lo físico y se centran también en patrones psicológicos. Nelson Martínez, experto en comportamiento animal, señala: “Un perro nervioso suele ser escogido por alguien igual; uno inquieto, por alguien muy activo”. Así pues, los factores que determinan la selección de nuestra mascota activan nuestra parte más emocional.

Un perro y su dueño sentados mirando al horizonte / PIXABAY

Un perro y su dueño sentados mirando al horizonte / PIXABAY

Un perro y su dueño sentados mirando al horizonte / PIXABAY

¿De dónde sale el vínculo emocional?

El fuerte vínculo personal que nos une a nuestra mascota también tiene que ver con una clara compatibilidad y hábitos de vida en común. Así lo declara un estudio de la Universidad de Viena, basado en el estudio de 132 canes junto con sus amos, en el que se analizaron una serie de patrones mediante distintas pruebas de comportamiento. Los investigadores sometieron a los canes a distintas amenazas midiendo la frecuencia cardíaca, y la saliva para detectar cortisol, la hormona del estrés.

Los dueños también tuvieron que rellenar una encuesta para medir los niveles de los cinco grandes rasgos de personalidad, de acuerdo al equipo de investigación: simpatía, neuroticismo, extraversión, conciencia y apertura. Y del mismo modo, completaron un cuestionario sobre la personalidad que más se adecuara con la de su perro. En consecuencia, los resultados fueron un rotundo éxito y se publicaron en la revista PLOS. 

Los investigadores comprobaron científicamente que cuanto más ansioso y neurótico resultaba el dueño, más lo era el perro y lo mismo ocurría a la inversa.