Los ingleses tienen un gusto muy particular. Su plato estrella es pescado frito con patatas fritas, aun así tienen un gran peso a nivel informativo. Por eso, sorprende que en un listado sobre monumentos de todo el mundo hayan destacado una obra que para muchos ya forma parte de las nuevas maravillas del mundo.
La prensa inglesa ha decidido que lo suyo no es hacer amigos y derrocar uno de los emblemas más típicos de Cataluña. Pista que ofrece The Telegraph, responsable de la designación: "un edificio altísimo de nervaduras y pilares, que se balancea, se inclina, se abalanza y salta, deslumbrando con sus cristales de colores".
Un icono
Si no tienen idea les damos más claves. Es uno de los monumentos más visitados de toda España, símbolo de Barcelona a nivel internacional, es una joya del modernismo salida de la cabeza de Antoni Gaudí y el Papa Benedicto XVI le dio el estatus de catedral. ¿Hace falta decir que está inacabada?
Sí, al parecer los británicos no son muy fans de la Sagrada Familia. La bautizan como “la catedral más fea del mundo”. ¿Será para tanto?
Política y cera
En el artículo de The Telegraph, los ingleses no escatiman en descalificativos sobre esta joya arquitectónica. Todos negativos, obvio. No se crean. E incluso aprovechan la situación política española para hacer leña y hablan del independentismo catalán como algo “tan irritante como los del País Vasco y Escocia”.
Pero al margen de esto, el medio opina, que por mucho atractivo turístico que suponga, la Sagrada Familia "parece una iglesia normal pero hecha de cera, que se está derritiendo". ¿Será por el portal recargado? ¿Es por el color? No se sabe. Lo que es obvio es que a los ingleses no les gusta, pero al resto del mundo le encanta.
Cara y cruz
Los millones de turistas que la visitan cada año lo acreditan. Eso sin contar los que se quedan fuera y le hacen fotos desde fuera. En Oriente veneran y admiran sus formas. Y en webs como TripAdvisor, con opiniones de gente de más de 100 países, lidera el ranking de edificios más bonitos del mundo.
También hace poco, la Lonely Planet la consideró como una nueva maravilla del mundo, la única catalana y una de las dos españolas de la lista, junto a La Alhambra de Granada. Motivos para tantas buenas palabras (además de las malas) no le faltan.
Una maravilla muy visitada
Se trata de una obra que se comenzó a levantar en 1882 y que permanece inacabada, se estima que las obras podrían finalizar en el año 2033, nueve años después de lo previsto debido al parón de la pandemia. Lo cierto es que esta fecha no deja de posponerse desde hace más de un siglo. Eso no le quita que sea una construcción extraordinaria.
Considerada la obra cumbre de Antonio Gaudí, la basílica es visitada por una cantidad ingente de turistas, llegando a alcanzar la cifra de tres millones de visitantes al año.
Las torres
La Sagrada Familia cuenta con un total de 18 torres (actualmente 12 construidas) y una altura de 175,5 metros, convirtiéndose en la catedral más alta de Europa tras la conclusión de las obras. Es por eso que conviene comprar una entrada combinada para poder visitarlas, ya que se tratan del elemento más espectacular de esta catedral.
Estas torres cuentan con un ascensor para facilitar el acceso durante la visita. El propio Gaudí reconoció que la Cripta de la Colonia Güell (otra de sus obras arquitectónicas) sirvió como banco de pruebas, antes de embarcarse en el gran desafío de la catedral modernista.
Animales y estrellas
De entre todas estas torres hay cinco que brillan con luz propia y que su coronación ha terminado hace escasos meses. Se trata, por un lado de las torres de los apóstoles evangélicos, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que son representados respectivamente por un hombre alado, un león, un toro y un águila. Por el otro, la torre de la Virgen, coronada por una estrella que se ilumina por las noches.
Las torres de los evangelistas también permanecen iluminadas estos próximos meses de Navidad. Su gran complejidad y significado los hacen unos elementos a destacar. El hombre con alas de Mateo simboliza la humanidad del hijo de Dios, el león es símbolo de fuerza, coraje y realeza; el buey alado, por su parte, que carga con todo es la presentación de la tranquilidad y la humildad; y por último, Juan, el águila, el ser que ve todo desde las alturas.
La basílica
En lo que al exterior de la basílica respecta, son cuatro las fachadas que custodian la entrada al templo: Nacimiento, Pasión, Ábside y Gloria. Cada una representa las distintas etapas de la vida de Jesucristo, encarnadas en la máxima expresión del naturalismo que Gaudí llegó a alcanzar en sus últimos años de vida.
En 2007, fue seleccionada entre una de las siete maravillas de Cataluña. Numerosos arquitectos como Jaume Busquets o Carles Mani estuvieron implicados en la decoración escultórica de la catedral. Esta basílica es el segundo punto que nadie puede perderse.
Los techos
Por último, uno de los detalles más impresionantes del monumento que diseñó Gaudí son sus techos. Conviene acceder a la catedral un día de sol para poder apreciar cómo la luz se cuela por los millones de recovecos que tiene la estructura.
La revista destaca el "rechazo hacia las líneas rectas" que muestra Gaudí "dando a las torres contornos turgentes inspirados en las curiosas formaciones de la montaña sagrada de Montserrat y les incrustó una maraña de esculturas que parecen una extensión de la misma piedra"