Cataluña agoniza. No es una hipérbole, es una realidad. Ni las escasas lluvias de este viernes de Carnaval van a poder compensar las escasas reservas de agua de los embalses que apenas superan el 15% de capacidad. Una situación que empieza afectar en el día a día de los ciudadanos.
Más allá de las medidas de emergencia aprobadas por el Govern, la ciudadanía y las diferentes administraciones locales empiezan a actuar por su cuenta. Hoteles que prohíben los baños, cambios en proyectos urbanísticos y hasta modificaciones en las fiestas.
Una tradición particular
Si el Carnaval de Sitges ya ha tenido que renunciar a la purpurina, el de Solsona ha perdido uno de los momentos más bizarros, divertidos e icónicos de esta celebración pagana.
Uno de estos momentos cumbre es la colgada del burro en la Torre de las Horas. La tradición, menos cruel de lo que suena (ahora) consiste en atar a un muñeco con la forma de este animal, tirarlo del campanario y miccionar a los presentes. Con agua.
Amoldarse a los tiempos
Si en su día se eliminó al animal real por uno ficticio, en tiempos de sequía, se ha decidido que el burro haga una micción simbólica sobre el público con agua freática tratada y no procedente de la red. Así, este sábado, la tradición se mantiene y, a la vez, el consistorio cumple con la normativa del plan de sequía.
Este no será el único cambió. La parte de tirar a los asistentes cubos de agua, también queda prohibida. El presidente de la Associació de Festes del Carnaval, Àlex Vilanova, ha emplazado a los vecinos a no hacerlo.
Aniversario del 'burro meón'
Las modificaciones de esta particular celebración carnavalesca llegan justo un año antes de que la colgada del burro cumpla 40 años. Era 1985 cuando engañaron al animal subiéndolo atado con una soga hasta el campanario para que se comiera unas hierbas que habían nacido.
El animal iba porque las escaleras eran demasiado estrechas y en un momento cayó y el burro orinaba mientras agonizaba. Desde entonces, es uno de los actos más participados y populares del carnaval de Solsona.
Cómo será este año
Cada año se revive esta leyenda el sábado de Carnaval con la colgada del burro, el lunes de carnaval infantil y también el miércoles de ceniza con el descolgado del animal. Por eso, este año, no querían prescindir de él.
El ayuntamiento ha decidido que el agua que se utilice para este acto sea freática y no procedente de la red. El agua se tomará de un pozo que se utiliza para limpiar las calles. Se instalará un depósito debajo de la torre donde se cuelga el burro y se bombeará el agua para hacerla subir los 18 metros necesarios para utilizarla a través del mecanismo que lleva incorporado el burro de cartón piedra.
Recuperar la tradición
Mientras la tradición del burro cambia, otras vuelven. Los organizadores, que aseguran que la fiesta no necesita más modificación, sí han recuperado una vieja costumbre: la llamada sorda por el casco antiguo. Se trata de un recorrido en el que los músicos de la orquesta y el público desafinan constantemente.
¿Por qué retocar algo si funciona? Los carnavales de Solsona son míticos en Cataluña y adaptarse a los tiempos es correcto, pero ofrecer más actividades puede deslucir lo que ya se tiene