Césped contra la sequía: así es la alternativa verde de Barcelona ante la escasez de agua

La sequía en Cataluña no cesa. Ni la llegada de dos frentes atlánticos esta semana van a conseguir paliar una situación cada vez más preocupante. Los pantanos ya rozan el 15% de su capacidad.

El Govern ya ha declarado la situación de emergencia, por el momento, en fase 1, pero ya hay organismos, públicos y privados que han empezado a tomar medidas por su cuenta. Uno de ellos ha sido el Ayuntamiento de Barcelona, que ha optado por un césped antisequía para el nuevo pulmón verde la ciudad.

Césped antisequía 

El consistorio ha decidido lanzar un proyecto piloto en una nueva plaza en construcción. El lugar elegido es el parque de la Colonia Castells, un pulmón verde en el barrio de les Corts.

Las obras de construcción, que ya están en marcha, se han adaptado a una situación que es preocupante y que, si no se toman medidas contra el cambio climático, podría repetirse y agravarse. Así, en el espacio dedicado al césped van a combinar el natural (800 metros cuadrados) con el artificial (750), que serán regados por el sistema de goteo.

Objetivo: recolectar agua

La voluntad va mucho más allá que ahorrar agua para su mantenimiento, que seguirá siendo necesaria, sino optar por gestionar mejor los recursos. Así, el césped estará ubicado sobre una superficie con una alta capacidad de drenaje para aprovechar el agua de la lluvia y recargar así los acuíferos.

Pero las medidas no se acaban en el césped. En buena parte de este parque de 9.600 metros cuadrados se usará un pavimento poroso que también se usará para recoger agua que servirá para alimentar el circuito que alimentará el parque.

Actuación reversible (o no) 

La iniciativa, por ahora, es sólo un proyecto piloto. El mismo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, sostiene que esta opción de poner césped artificial en los parques puede ser, si la climatología lo permite, temporal. Todo es reversible.

En cualquier caso, el ayuntamiento no descarta optar por este sistema importado de Francia en otros parques de la ciudad. Todo depende de cómo salga esta prueba, todavía por estrenar.

Presupuesto disparado y preocupación vecinal

Por ahora, lo único que se sabe a ciencia cierta es que estos cambios se empiezan a aplicar y que no es el primero que sufre este nuevo parque. El consistorio ha hecho ya varios reajustes sobre el plan inicial aprobado y su presupuesto se ha disparado. 

El aumento de gasto y la sequía no son los únicos problemas que enfrenta esta zona. Los vecinos están preocupados porque el legado de la Colonia Castells quede diluido por este parque, mucho más duro de lo que esperaban. Ese lugar fue símbolo del movimiento obrero que hizo crecer la ciudad a nivel económico y demográfico y, con el parque, no sólo se corre el riesgo de olvidar la historia, sino incluso de gentrificar un barrio de claro espíritu trabajador.

Las medidas del Govern (y la hostelería)

Por otro lado, hay quien aplaude la medida tomada por el ayuntamiento ante la situación de emergencia que vive no sólo la ciudad sino Cataluña entera. Quedan menos de 115 hectómetros cúbicos de agua en las diferentes reservas del país. De allí que el Govern haya cortado el grifo, literal, a gimnasios, campos e incluso domicilios particulares.

La ciudadanía empieza a arrimar el hombro, salvo escandalosas excepciones. Una prueba de ella es la reducción del consumo particular o de iniciativas de algunos hoteles de eliminar los tapones de la bañera, para evitar que el cliente gaste mucho, e incluso los retos de ducharse en cuatro minutos.