Así es la histórica calle “más larga del mundo” y vía romana que pasa por Tarragona
Así ha cambiado la Vía Augusta romana, que hoy es una calle comercial de la ciudad de Tarragona
23 enero, 2024 13:52Noticias relacionadas
En Catalunya, la historia aparece en todos los rincones. Más allá de los poblados medievales, el Imperio romano nos dejó una huella no sólo cultural, sino también arquitectónica.
Hoy te presentamos una antigua ruta comercial, que seguramente estudiaste en el colegio. La vía considerada como el precedente romano del corredor del Mediterráneo, unía Cádiz con los Pirineos y, actualmente, puede seguirse el recorrido a través de la N-340 (y algún trozo de la AP-7).
Es interesante recorrer esta vía en la actualidad, como un “road trip romano”, en el que nos iremos encontrando resquicios de historia, en forma de monumentos que a día de hoy siguen estando en pie.
Dónde empieza la Vía Augusta
La que fuera la calle más larga del mundo antiguo se conoce en España como Vía Augusta. Anteriormente había tenido otros nombres, como vía Hercúlea, pero finalmente se quedó con este nombre en honor al emperador Augusto, que llevó a cabo una serie de reparaciones bajo su mandato, hace más de 2000 años (entre los años 8 y 2 a. C.).
La vía sigue por Francia, con el nombre de Vía Domitia y por Italia como Vía Flaminia y Vía Aurelia. Une Cádiz con Roma, ni más ni menos.
La parte hispánica tiene 1500 km y a día de hoy, si visitamos Tarragona, podemos iniciar la ruta por la Vía Augusta desde el arco romano, aún en pie, en Roda de Barà.
Por dónde pasa la Vía Augusta en Tarragona
A día de hoy, podemos seguir gran parte del antiguo recorrido de la Vía Augusta por la carretera N-340, aunque también la AP-7, que sube hacia Girona, coincide en gran parte con el recorrido de la antigua calzada romana.
Monumentos de interés
Declarada Patrimonio de la Unesco, Tarragona es la ciudad donde podemos viajar en el tiempo y trasladarnos a Roma.
Sus monumentos, como el circo romano, las murallas y el acueducto son sobradamente conocidos. Pero hay algunos, como la funeraria torre de Escipión y el Templo de Augusto que merece la pena visitar a día de hoy.