Esta es la palabra en catalán que nos encanta decir en castellano (aunque esté mal)
Los catalanes, cuando utilizan el castellano en el día a día, usan algunas palabras que no son exactamente correctas, pero se entienden por el contexto
19 enero, 2024 15:22Noticias relacionadas
En Cataluña encontramos una gran diversidad al entrelazar el catalán y el castellano. Las dos lenguas, con muchas aristas compartidas, tienen identidades propias y una riqueza que habla muy bien de la cultura en un territorio tan estratégico.
Es habitual encontrarnos a ciertas personas que mezclan las dos lenguas y recogen algunas cosas del catalán para incorporarla al castellano y viceversa. Sucede con muchas expresiones o palabras de uso cotidiano que tienen ese componente popular y muy asociado al contexto en el que se usa.
Aunque hay una en concreto que viene del catalán y se usa en reiteradas ocasiones en castellano. ¿Adivinas cuál es? Seguro que en alguna que otra situación lo ha utilizado y no sabías que viene del catalán.
¿Qué palabra catalana usa en castellano en Cataluña?
Se trata de ‘plegar’, un concepto que asociamos al término de nuestra jornada laboral. Es de uso común decir ‘plegar’ para referirse al momento en que se termina la jornada laboral y se marcha a casa. El diccionario de la RAE no lo recoge así, pero sí que lo podemos encontrar en cualquier diccionario de la lengua catalana, donde aparece que también se le puede dar el significado de ‘cerrar y/o cesar una actividad empresarial: ‘Plegar de la feina’ (Terminar del trabajo).
Este ejemplo se puede interpretar, de hecho, de dos formas distintas: para decir que te has marchado de tu puesto de trabajo o para decir que has terminado tu jornada laboral y ya te puedes marchar a casa.
Este es el origen de la palabra ‘plegar’
El origen etimológico de la ‘plegar’ es el término latín plicāre, cuyo significado se aplica tanto para doblar como para llegar. Es a partir de aquí cuando debemos buscar el inicio contextual de la palabra para conocer por qué se asocia a finalizar una determinada tarea, aunque mayoritariamente para ámbitos laborales.
Y este punto de inicio se remonta a los puertos y todo aquello relacionada con la marina y los marineros. Comúnmente, el acto de terminar o marcharse implicaba recoger (plegar) las velas en una embarcación.
En el pasado, todos los barcos eran de vela y este acercaba a puerto, se recogían (plegaban) las velas una vez había terminado la travesía. Aquello, por tanto, se podría decir que era sinónimo de que el viaje había finalizado y con ello, la jornada de trabajo de los marineros. Después de plegar las velas y atracar en el puerto, los marineros ya se podían marchar a su casa o la cantina.
Ese acto dio pie a la expresión en sí misma, que se adapta ya como un verbo usual en ámbitos laborales: 'Ya es la hora de plegar’.