La escapada perfecta está en Cataluña: el pueblo medieval sobre un acantilado a 50 metros de altura
Castellfollit de la Roca se sitúa sobre un precioso acantilado y es una de esas joyas escondidas de Cataluña que debes visitar una vez en la vida
12 enero, 2024 16:51Noticias relacionadas
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Cataluña guarda un sinfín de escondites encantadores. Ya sea costa o montaña, el territorio catalán dispone de muchos pueblos que permanecen impertérritos al paso del tiempo y mantienen la esencia que les sitúo en el mapa. En Girona, al borde de un imponente precipicio, destaca Castellfollit de la Roca. Su principal atracción pasa por su espectacular emplazamiento sobre un riscal basáltico que se alza a más de 50 metros de altura y se extiende por casi un kilómetro.
Calles y edificios encantadores a tu alrededor
Este pueblo gerundense desempeña el título de ser el municipio más minúsculo de Girona y el segundo más pequeño en Cataluña. Sin embargo, su condición va más allá: es uno de los destinos más concurridos de todo el territorio catalán. Esto se debe a su ubicación privilegiada en el corazón de los Pirineos catalanes.
Las calles empedradas y edificaciones de piedra basáltica proveniente de canteras regionales forman parte del encanto del casco histórico de Castellfollit de la Roca. La serenidad impregna el ambiente, a pesar de que el pueblo sea un destino turístico destacado en Garrocha debido a su ubicación singular y las panorámicas impactantes.
En el centro histórico, en la calle Mayor, emerge la Iglesia de Sant Salvador, la antigua parroquia del pueblo, cuya fachada de piedra le ha ganado el apodo de Iglesia Vieja. Desde su campanario se observa una vista pintoresca del entorno y del casco antiguo. Contrastando en estilo y localización, en la parte más reciente del pueblo se yergue la iglesia actual, también consagrada a Sant Salvador.
Miradores que ponen la piel de gallina
A la derecha de la iglesia, un sendero empinado y empedrado se despliega y te invita a transitarlo para capturar la grandiosidad del pueblo y maravillarte con el risco basáltico que da forma a Castellfollit. A pesar de la pronunciada bajada (seguida por una subida), te instamos a emprender la travesía, ya que las recompensas son genuinas. En la travesía, el puente antiguo sobre el río Toronell se cruza, y es desde la pasarela que cruza el río Fluvià donde la perspectiva del risco basáltico y el mirador Josep Pla se despliega en todo su esplendor.
tra parada esencial es la pequeña Plaza de Josep Pla, a la que se accede tras recorrer el kilómetro de muralla en la que el pueblo se erige. Desde su mirador, las vistas del valle, el Parque Volcánico de la Garrotxa y las montañas circundantes son un regalo. Curiosamente, el cementerio solía encontrarse en esta plaza hasta que en 1961 fue trasladado a otro lugar.
En la Plaza de Sant Roc, se alza la Torre del Reloj, con un detalle curioso: las 4 horas están representadas como IIII en lugar de IV, conforme a la norma de los números romanos. Aunque podría parecer un error, en la época, numerosos relojes adoptaban esta forma.