Quien haya ido alguna vez al País Vasco se habrá dado cuenta de su pasión por el dulce. Apenas hay una calle sin una panadería o pastelería. La tradición se impone y conquista al resto del mundo. Por eso, la llegada de uno de los bollos más famosos de Bilbao causa sensación.

El nombre en español no anima a pensar en un manjar. ¿Qué dirían que puede tener un bollo de mantequilla para causar tanta sensación? En Bilbao son muy populares, tanto que es el desayuno típico, pero cuando uno cruza a Vizcaya desaparece.

El secreto del dulce

Ahí surge otra pregunta. ¿Es tan bueno entonces? No lo duden. Los bilbaínos apenas pueden vivir sin él. Y siempre hay una razón. El equilibrio entre la esponjosidad del bollo y la crema con la que está relleno, que tiene el punto justo de dulzura, parece que es la clave.

Su forma original es alargada, con bordes ovalados en la mayoría de los casos, pero también pueden presentarse cuadrados. ¿Un trozo de pan de Viena relleno? Mejor no falten al respeto a esta receta casi centenaria.

Origen 

La historia de este dulce arranca en el siglo XIX, cuando los clásicos bollos suizos llegaron a Bilbao vía el Café Suizo. Los vascos le dieron su toque y alguien tuvo la idea de rellenarlos de crema de mantequilla.

La primera receta de la que hay constancia es de 1930. De esa fecha es el documento del restaurante El Amparo, donde figura la que parece la primera receta de este dulce. Ahora, otro vasco famoso ha hecho la suya propia.

El responsable de traerlo a Cataluña 

El pastelero originario de Bilbao, afincado en Barcelona y cuyas tartas de queso --de estilo donostiarra-- arrasan desde hace años en la ciudad condal, Jon García, lo ha hecho posible. ¿Qué no saben quién es? Seguro que sí, es Jon Cake.

El repostero ha optado por una fórmula que combina ideas y recetas de algunos de los mejores bollos de su ciudad hasta dar con la clave. También le ha cambiado la forma, el suyo es más redondeado, pero quienes lo han probado dicen que está igual de bueno.

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