Las mejores bravas de Sitges: la tasca favorita de las estrellas del cine
Con más de 80 años de historia este bar se ha convertido en referencia para los habitantes y visitadores de la ciudad
5 octubre, 2023 12:29Noticias relacionadas
Sitges es una de las ciudades de la provincia de Barcelona más apreciada por los catalanes y por los turistas. Sus playas, su casco histórico y sus fiestas la han convertido en lugar de primera residencia para muchos.
Más allá del tópico de ser la ciudad más gay friendly, Sitges es la ciudad del carnaval y capital catalana del terror gracias al Festival Internacional de Cine de Cataluña, especializado en el fantástico. Pero más allá de su belleza, su gente, sus calles y sus fiestas, la oferta gastronómica es también en uno de sus fuertes.
Su historia
En el municipio uno puede comer de todo y hasta altas horas de la noche. Es un lugar abierto al trasnoche y a la cocina internacional, pero eso no quita que no haya lugar para los platos típicos del país. Las tapas también tienen cabida. Y hablar de tapas es hablar de El Cable.
Se trata de un local con más de 80 años de historia. Abierto por primera vez en 1940 por la familia Andreu en la calle Ángel Vidal, no fue hasta el 1956 que no llegaron a su emplazamiento actual tan característico.
Negocio familiar
El bar está situado en la esquina de la calle Barcelona. Allí, los Andreu encargaron la construcción de todo un edificio que iba a servir de lugar de negocios y residencia principal de la familia. Hasta que el boom turístico.
El atractivo turístico de Sitges fue descubierto a partir de los años 60 y la familia expandió el negocio. El bar seguía en marcha y los pisos superiores fueron usados como pensión. Un negocio redondo.
Las estrellas
Mientras las tapas conquistaban a los locales y turistas, la llegada del Festival de Sitges hizo que incluso las estrellas se vieran atraídas por el bar de moda. En la actualidad, cuando el bar lo llevan ya los miembros de la tercera generación de los Andreu, uno puede ver las fotografías de los grandes actores, actrices y directores de cine que han pasado por allí.
Pero que las estrellas del celuloide y la historia del local no deslumbre. El principal atractivo de El Cable va más allá de todo eso, está en la cocina y en los platos que salen de sus fogones hasta la mesa.
Las tapas
Para empezar, un clásico: las bravas. Las patatas más picantes de la ciudad vienen servidas con una salsa de elaboración propia, claramente elaborada con tomate pero de la que no quieren soltar prenda de su receta. El misterio siempre da ganas de volver e ir descifrando los ingredientes que encienden el paladar y enamora a sus comensales.
Las bravas son el plato estrella, pero sus chipirones, su tortilla de patatas y sus pinchos son los platos que más las acompañan. Pero si uno quiere algo más sofisticado puede degustar las gambas caramelizadas con salsa tzatziki, la costilla con salsa agridulce y yuca frita o apostar por el Mc Cable, mini hamburguesa con queso brie y pimiento verde. Una delicia.
Expansión
Toda esta comida y unos pinchos que también fusionan tradición e innovación vienen acompañado de una atención cuidada y de un ambiente tradicional, con unas vigas de madera vistas y unos techos altos. Dignos de cualquier tasca.
Y si uno se queda con hambre, que no sufra. El éxito de El Cable es tal, que ahora han abierto el restaurante de los jardines de El Retiro, donde sirven menús y platos principales.