Los expertos han hablado: esta es la mejor calle de tapas de Barcelona (y una de las mejores de España)

¿Cuál es la mejor calle para ir a tomar unas tapas en Barcelona? Hay varios puntos de la ciudad que pugnan por el alto nivel de gastronomía que se concentra en unos pocos metros, pero, de todas ellas, paseo Sant Joan se sitúa en la cabeza de la lista tanto de la capital catalana como de toda Cataluña.

En la avenida que discurre desde el barrio de Gràcia hasta arco de Triunfo han abierto más de 45 locales en sus últimos años y el grueso de ellos tiene propuestas interesantes. Tanto, que la revista Tapas Magazine ha decidido destacarlas en el listado que han realizado de calles de todo el país.

Locales tradicionales junto a los de ‘brunch’

En Paseo Sant Joan conviven desde locales tradicionales, con el vermú como elemento central, a establecimientos de platillos y los especializados en brunch, una opción que cada vez atrae a más público y que atrae especialmente al público internacional. No solo los turistas que están de paso, sino la comunidad de expatriados que residen en la ciudad.

Grabja Petitbo, uno de los establecimientos de paseo de Sant Joan Turisme de Barcelona Barcelona

Los locales de este perfil han recogido el testigo de otros emblemáticos de Barcelona. Bodegas que han bajado la persiana no solo por carencia de público, sino por las dificultades que implica un relevo generacional de este perfil.

Una calle bonita para pasear en familia en Barcelona

Las propuestas gastronómicas no son el único atractivo de paseo Sant Joan. Es también una de las calles más bonitas de Barcelona y se pelea por encabezar el podio junto con paseo de Gràcia, la Milla de Oro de la capital catalana donde se concentran las tiendas de lujo, y Enric Granados, la pequeña joya del Eixample que también destaca por su oferta de restauración.

En definitiva, es una buena opción para ir a hacer un paseo antes de ir a picar. También es una opción a tener en cuenta para pasear en familia, ya que hay varios parques pequeños pero delimitados que están en la sombra. Todo ello, configura una propuesta que poco tiene que envidiar a la calle Laurel de Logroño, la Ponzano de Madrid o la Sueca de Valencia.