Nueva ola de calor, mismos problemas. Protegerse de las altas temperaturas es casi una misión imposible y eso conlleva ciertos riesgos de salud, especialmente para aquellas personas que tengan problemas circulatorios.

La profesora agregada e investigadora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Gemma Chiva Blanch, alerta de que "el calor en verano tiene un efecto vasodilatador: las venas se dilatan y, de algún modo, circula más sangre y eso hace que tienda a acumularse más en las extremidades".

Presión sanguínea 

Todo esto se traduce de manera visible en el cuerpo. Pies y manos hinchadas y aparición de varices son ya clásicos del verano debido a esta reacción corporal. Y no se trata de algo meramente estético, cuando todo esto causa dolor se convierte en un problema de salud.

El calor hace que el cuerpo empiece otros procesos para regular la temperatura corporal y hace que la sangre trabaje en ello. Así, la acumulación de sangre en extremidades se una a una bajada de presión que hace que la sangre circule más lenta y provoque sensación de hormigueo.

Población de riesgo 

La también endocrinóloga Gemma Chiva Blanch además señala que hay un sector de la población que se ve más afectada por los problemas circulatorios: las mujeres y, en especial, las mayores de 65 años.

La doctora señala que, a partir de la menopausia y, en general, de los 40 años es cuando los problemas empiezan a aparecer o se agravan si ya estaban presentes, como las piernas cargadas. Pero ellas no han de ser las únicas, las personas que padecen enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, obesidad o hipertensión, son también más vulnerables al calor.

Consejos

Chiva Blanch apuesta por seguir una serie de consejos que ayudan a mejorar la circulación de la sangre. 

  1. Ejercicio. Con los termómetros rondando los 40, cuesta hacer cualquier actividad, pero eso no nada saludable. Y menos para la sangre. Es importante caminar, nadar o hacer algún tipo de ejercicio diario, aunque sea a las horas de menos sol o incluso a la noche.
  2. Movimiento. En esta misma línea, igual que no es bueno estar mucho rato sentado, tampoco es recomendable estar en un mismo sitio de pie sin moverse (ni si se hace cola para el concierto de Harry Styles). El riesgo de quedarse allí quieto es la retención de líquidos.
  3. Hidratación máxima. Es básica y fundamental. Pero como ya se dijo en ese medio, hay bebidas que no son aptas ante situaciones de calor extrema. Aquí unos ejemplos.
  4. Refrescarse. En la misma línea, refrescarse en la piscina, en la playa o darse una ducha de agua fría es más que necesario. "El agua fría tiene un efecto vasoconstrictor, las venas se cierran un poco y bombean mejor la sangre de regreso hacia el corazón", detalla Chiva Blanch.
  5. Dieta. Si no tomar ciertas bebidas es necesario, obviamente lo de evitar ingerir alimentos pesados va con ello. Lo ideal son las frutas y verduras, que contienen grandes cantidades de agua. Asimismo, el aporte de vitaminas y compuestos bioactivos que recibe el organismo favorecen la circulación de la sangre.
  6. Evitar exponerse al sol. ¿Difícil? Mucho, pero si uno se puede resguardar del sol en las horas de máximo calor, mejor. Otra opción es refugiarse en interiores con aire acondicionado. ¡Y evitar fumar!
  7. Ropa adecuada. Puede parecer una perogrullada, pero no hablamos de evitar la ropa de manga larga, que sería obvio, sino apostar por ropa poco apretada, ligera, cómoda y transpirable
  8. Masajes y piernas en alto. Son técnicas eficaces para estimular la circulación de la sangre, en especial en esas zonas donde se suele obstruir más como son pies y manos. El uso de cremas para ello, sólo para las personas a quiénes se les haya indicado, con una buena hidratación basta.

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