El plátano rojo, el nuevo producto canario que triunfa en la Península
Un primo hermano de la variedad clásica y cuyo sabor dulce recuerda a la frambuesa
1 enero, 2022 14:00Si uno pregunta por la fruta por antonomasia procedente de las Islas Canarias, el plátano será la respuesta de la mayoría de las personas a las que se les haya hecho dicha pregunta. Un fruto de color amarillo de lo más sabroso que ahora tiene un primo hermano que está triunfando en las fruterías de la península donde lo vendan. Se trata del conocido como plátano rojo que destaca por una cáscara de ese tono (por dentro no se diferencia del más clásico), además de por un sabor que recuerda a la frambuesa.
Pese a que muchos les sorprenda su color cuando estos días acuda a hacer las últimas compras de comida de cara a esas celebraciones navideñas, lo cierto es que este fruto no es un desconocido en lugares como las tierras canarias y Málaga, donde llevan varias décadas cultivando unas semillas traídas directamente de Francia. Además del país vecino, esta fruta con numerosos beneficios para la salud es muy popular en Estados Unidos, así como en zonas de Sudamérica.
Las propiedades de la 'Musa Acuminata'
Este es el nombre científico de esta banana roja también conocida como tafetán, plátano colorado o plátano rosa y que destaca por su importante contenido tanto en vitaminas como en minerales. Entre estos saludables nutrientes destacan las vitaminas A, C y E con su poder antioxidante para luchar contra los radicales libres, al mismo tiempo que favorecen que haya un menor riesgo de padecer patologías cardiovasculares o de tipo degenerativo. También es reseñable su contenido en fibra que regula el tránsito intestinal y tiene un poder saciante para dietas bajas en calorías.
Por otro lado, consumir de manera habitual este plátano de color rojo favorece un aporte beneficioso de magnesio para el organismo, lo que se traduce en una ayuda eficaz para reducir la tensión arterial, luchar contra la diabetes de tipo 2, la inflamación del cuerpo, además de mejorar el rendimiento físico en el caso de las personas que practican deporte de manera habitual. Por último, esta fruta (al igual que su versión más conocida) aporta también potasio que facilita la eliminación de líquidos y ayuda a que los nervios y los músculos se comuniquen entre sí.
¿A qué sabe?
Además de sorprender por su llamativo color, esta variedad exótica de plátano procedente de las Islas Canarias también guarda un secreto bajo su piel y este no es otro que su apreciado sabor. Con un simple bocado ya se puede percibir un regusto suave y ligero que a muchos les recordará a las frambuesas. Por tanto, este ingrediente resulta ideal para consumirse como snack, a modo de postre, así como elemento principal de batidos o smothies.
Eso sí, para aprovechar bien tanto ese agradable sabor como esas cualidades nutricionales antes mencionadas es importante elegir el mejor plátano rojo cuando se va a la frutería y que este esté maduro. Para saber su punto óptimo bastará con escoger aquellos cuyo color de la cáscara (que es algo más dura en comparación con la de los amarillos) sea entre rojo y marrón; casi púrpura. Eso sí, a la hora de comprarlos uno debe saber que su precio es más caro que los convencionales, llegándose incluso a triplicar su valor en los supermercados donde están disponibles.
El plátano del futuro
Además de aumentar la lista de las frutas exóticas que uno puede encontrar en la frutería, lo cierto es que la banana roja tiene la particularidad de que puede ser protagonista de la cesta de la compra en el futuro. Y es que esta novedad en forma de fruto es una alternativa al plátano más común (de la variedad Cavendish) que se encuentra amenazado por el mal de Panamá. Esta afección es provocada por un hongo que puede hacer que a largo o medio plazo desaparezca la producción de esta tipología clásica.
Aparte de esas diferencias en cuanto al aspecto, el sabor y la resistencia a esas enfermedades propias de su cultivo, este tipo de plátano rojo también presenta discrepancias en cuanto a su periodo de maduración que es más largo en comparación con el de tono amarillento. En el primer caso tienen que pasar hasta 100 días para proceder a su recolección. Una recogida que debe hacerse para consumirlo en su forma óptima antes de que llegue el otoño a finales de septiembre.